tag:blogger.com,1999:blog-83100735578818616642024-03-21T19:13:39.664+01:00El mundo de HanakoLa vida es lo que ocurre mientras nosotros hacemos otros planesHanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.comBlogger48125tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-79442460722727617062019-02-10T21:30:00.001+01:002019-03-17T18:19:02.750+01:00Reto 3<p dir="ltr">Reto 3: tu protagonista se mira al espejo y ve algo que no debería estar ahí.</p>
<p dir="ltr">Otro día agotador en la agetreada vida de Nola, como casi todos últimamente. Su jornada laboral había empezado a las ocho de la mañana, justamente dos horas después de levantarse, y acababa de terminar mucho tiempo después de que se pusiera el sol. Empezaba a notar los efectos del agotamiento en el cuerpo; falta de concentración, leves mareos, dolores de cabeza, todo aderezado con los continuos dolores musculares pertinentes. No podría seguir así por mucho más tiempo, pronto ese estilo de vida empezaría a pasarle factura. <br>
Cerró la puerta de su modesto apartamento y se apoyó en ella un momento antes de comenzar con el ritual de quitarse el abrigo, los tacones y el moño. Se acercó al baño para lavarse la cara y las manos, esperando que el agua lograra espabilarla lo suficiente como para llegar a la hora de la cena con los ojos abiertos. La sensación de calma mientras el grifo estaba abierto la hizo respirar tranquila por primera vez en el día, tristemente. Se mojó la cara varias veces y cuando la volvió a alzar para mirarse en el espejo vio que había alguien detrás de ella. Al principio le pareció un fallo que su cansado cerebro le transmitía a través de la vista, pero cuando se frotó los ojos y volvió a mirar, la imagen seguía allí. Cerró el grifo muy despacio, sin saber si quería darse la vuelta para comprobar lo que sus ojos le estaban diciendo, pero en algún momento tendría que salir del baño, y el reflejo de aquella mujer no desaparecía. Ni siquiera se movía del sitio. Tan sólo la miraba a través del espejo, esperando. <br>
Nola tragó con dificultad. De repente se le había quedado la garganta seca por la impresión y estaba segura de que si intentaba hablar en ese estado no sería capaz de articular palabra, así que lubricó un poco sus cuerdas vocales antes de hacerlo. <br>
–¿Hola? <br>
Se sentía un poco tonta por lo que estaba haciendo. Ni siquiera sabía a ciencia cierta si esa persona estaba ahí realmente o era una jugarreta por el cansancio, pero actuaba por inercia. Aun así, la mujer no se movió. Alargó la mano para tocar el espejo y cerciorarse de que no había ningún truco en él. El reflejo le mostró cómo la otra alargaba también su mano hasta posarla sobre la de Nola, sintiendo de repente un intenso frío en sus dedos, solitarios sobre el cristal. <br>
–¿Qué quieres? –preguntó con un hilo de voz. <br>
Nadie respondió. La mujer arrastró los dedos por el brazo de la chica, haciendo que su piel se erizara por el frío. La sensación de ver algo que no estás viendo, y a la vez sentirlo, era abrumadora para ella. Un tremulo jadeo escapó de sus labios, llevando vaho con él. Una palabra se dibujó en su mente: descansar. <br>
¿Descansar? ¿Se referiría a la persona que estaba viendo, o a ella misma? ¿Qué debía hacer para conseguirlo? Necesitaba más detalles. Armandose de valor, se dio la vuelta muy despacio para encarar al espectro que le hablaba en susurros silenciosos directos a su mente, pero cuando se hubo girado, la mujer no estaba. No había nadie detrás suyo, el frío había desaparecido, y nada en aquel cuarto de baño podía demostrar que alguna vez hubiese habido otra persona allí con ella. Volvió la vista al espejo tratando de encontrarla, sin éxito de nuevo. Se llevó una mano a la cabeza algo mareada, y se dio cuenta de que la tenía excesivamente fría. Se la colocó bajo el brazo contrario y salió del baño rápidamente. Se puso el pijama en un suspiro, se comió una de las chocolatinas que guardaba en el cajón de la mesita y se metió en la cama sin perder tiempo. No tardó ni dos minutos en dormirse, y la siguiente vez que abrió los ojos fue cuando el sol empezó a molestarla. Bostezó y se estiró, con un sabor extraño en el cuerpo, como si durante esa noche de sueño algo hubiese cambiado, pero sin saber exactamente el qué. Se acercó al baño a lavarse la cara, y los recuerdos de la noche anterior le volvieron de golpe cuando vio la marca de una mano sobre el espejo. Una mano que jamás se volvió a borrar de ahí. No mientras ella siguiera dentro de Nola. <br>
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Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-67242952229960905262019-02-03T12:51:00.001+01:002019-02-08T22:09:34.838+01:00Érase una mañana... <p dir="ltr">Reto 2: escribir un relato sin ningún adverbio -mente.</p>
<p dir="ltr">El monstruo salió de debajo de la cama. Estaba muy oscuro, pero la luz empezaba a filtrarse por la ventana. Se sacudió el polvo que acababa de coger y se dirigió a la otra cama, llamando al unicornio que descansaba enredado en las sábanas.<br>
–¡Eh! Ya se han ido.<br>
La cabeza rosa apareció por el borde antes de hablar.<br>
–¡Menudo despertar el de hoy! Se nota que es lunes... Yo creía que mamá iba a explotar.<br>
La enorme serpiente de peluche apareció entre ambos.<br>
–Anoche se acostaron muy tarde, es normal que hoy les cueste levantarse.<br>
–¿Vosotros creéis que llegarán a tiempo?<br>
Los tres muñecos se miraron durante unos segundos y respondieron al unísono.<br>
–No...<br>
–¡Vamos chicos! ¡Que va a empezar la serie! <br>
La muñeca de Ladybug les apremiaba a salir de la habitación y congregarse alrededor de la televisión para disfrutar de su show, que en realidad a todos tenía enganchados. <br>
–Es maravillosa... –decía el muñeco de Cat Noir, compañero de caja de la super heroína, ensoñador como cada día. <br>
–Lo sé –contestó la aludida recreándose en su personaje. <br>
–Eh, pero este capítulo ya le hemos visto. <br>
–Sí, no hacen más que repetirlos... <br>
El resto de juguetes se quejaban por volver a ver las mismas aventuras una y otra vez, pero los protagonistas seguían inmersos en el programa, recitando palabra por palabra los diálogos de sus personajes con sumo placer. Algunos más se quedaron hasta el final, otros se dispusieron a buscar entretenimiento alternativo. <br>
Mientras el nenuco y el unicornio hacían un puzzle, varios peluches seguían enfrascados en la programación televisiva matutina, y otro de los bebés hacia una torre con los bloques. Una mañana normal en esa casa. De pronto la puerta sonó. Alguien estaba abriendo la cerradura. Todos los muñecos se quedaron estáticos, hasta que la serpiente de peluche gritó:<br>
–¡Alerta humano! <br>
Todos corrieron lo más rápido que pudieron, escondiéndose en cualquier hueco que pillaran. Debajo de los sillones, entre los cojines, detrás del mueble del salón... ¡Qué desgracia! Papá había vuelto antes de tiempo del trabajo y ahora no sabían cómo salir de ésta.<br>
–¡Vaya! Ya han vuelto a dejar los bloques sin recoger –se quejaba mientras los apartaba con el pie para poder pasar. <br>
El hombre se sentó en el sofá una vez dejó todo lo que traía en las manos, encendió de nuevo la tele y se relajó tras su día de duro trabajo. El monstruo miraba a los bebés, que se escabullían hacia sus cajones con cuidado de no ser vistos. El oso de peluche esperó el momento en que sacó el móvil para contestar unos mensajes, y se marchó a su estantería también. Ladybug, que estaba justo bajo papá, asomando entre sus pies, y cuando Cat Noir la vio casi entra en pánico. Empezó a gesticular con energía y a dar graciosos saltitos de un lado a otro del pasillo, hasta que se resbaló y cayó al suelo, provocando un ruidito. Papá se extrañó, le había parecido oír algo en el pasillo, pero como el ruido no se repitió, volvió a acomodarse en el sillón y siguió viendo su telenovela. Los juguetes que quedaban fuera de sus sitios respiraron aliviados en ese momento. Entonces, el caótico super héroe se asomó por la puerta y, con determinación y banda sonora heroica en su cabeza, le hizo un gesto a su compañera para que estuviera pendiente de él, causaría una distracción para que ella pudiera salir corriendo de allí. <br>
No se lo pensó dos veces. Cogió carrerilla, apretó los puños y salió disparado hacia el sillón de papá. No se dio cuenta del libro que había en el suelo, mal apoyado sobre un bloque haciendo de balancín, por el que en ese momento pasaba el gato. El gato. El enemigo acérrimo de los juguetes. Por mucho que pudiera considerarle "familia animal", ese gato siempre se dedicaba a moderle y tratarle como si fuera... Pues eso, un juguete. Y ahora estaba a punto de cambiar el curso de la historia de Cat Noir, tumbandose de golpe para arañar el pie del hombre, justo sobre la parte elevada de la improvisada palanca, y haciéndole volar hacia la cabeza de éste en formato héroe mientras él se agachaba a reñir al felino. Cat Noir pasó justo por detrás, dando cómicas vueltas en el aire a escondidas del humano, y llegando a estrellarse contra la pared al otro lado del salón en cuestión de segundos. Papá se giró extrañado, y acabó por levantarse a buscar el origen de aquel ruido. Lo único que encontró fue al juguete de su hija, espatarrado en el suelo entre la mesa y la pared. <br>
–¿Y tú qué has hecho para estar así? <br>
Por el rabillo del ojo, Cat pudo ver a su compañera salir corriendo hacia la puerta, dedicándole una rápida mirada de agradecimiento desde el quicio. En ese momento sintió cómo lo cogían en volandas, recolocaban sus extremidades y lo llevaban hacia la habitación de las niñas, colocándolo sobre una de las camas, aún sin hacer. <br>
–Mejor que esperes ahí a que vengan las enanas. <br>
Se marchó cerrando la puerta tras de sí, y un enorme alivio inundó su cuerpo dolorido. Papá se detuvo un instante a tan sólo unos pasos de la puerta, jurando haber escuchado un gran suspiró procedente de dentro, pero al momento se convenció de que había sido su imaginación y volvió a su telenovela. <br>
El unicornio se asomó desde la cama de al lado. <br>
–¡Eh, colega! ¿Estás bien? <br>
–Pensábamos que te habíamos perdido ahí fuera –añadió el monstruo de ojos saltones desde su misma cama. <br>
–Estoy bien, un poco mareado, quizás. Pero se me pasará. ¿Ladybug...? <br>
Una pequeña cabecita asomó desde detrás de un cojin, tímida. El muñeco salió trastabillando con las sábanas hacia ella, sonriente. Ella agachaba la cabeza mientras le devolvía la sonrisa con ternura. <br>
–Es... Estoy bien. Has sido muy valiente, sin ti no lo habría logrado. <br>
El otro carraspeó mientras hincha a el pecho para hablar pareciendo más "macho alfa" de lo que en su vida llegaría a ser. <br>
–Sabes que vivo para ayudarte, mi lady. <br>
Y con una risita coqueta, la mariquita saltó a sus brazos, convirtiéndole en el juguete más feliz del mundo. El resto de muñecos y peluches se apartaron para dejarles intimidad, mientras en la cama contigua se iba organizando una timba de poker para poder entretenerse lo que les quedaba de mañana, hasta la hora de que las pequeñas de la casa llegaran y les reclamaran para pasar la tarde entre juegos, babas y carreras. </p>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-35648189644436501272019-02-02T22:04:00.001+01:002019-02-02T22:04:13.280+01:00Año nuevo, vida nueva<div dir="ltr">
Reto 1: propósitos de año nuevo. </div>
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La última de las doce campanadas aún resonaba en mi cabeza cuando me llevé la copa de cava a los labios, pringosos del jugo que las uvas habían dejado en ellos. Mientras sorbía, las burbujas me iban abriendo la mente a toda prisa y me hicieron pensar en mi situación actual. Estaba pasando la nochevieja con la familia de Rubén, mi novio desde hacía tres años, y a quien no quería de forma romántica desde, al menos, dos. No puedo seguir así. No soporto a sus padres, y nunca se lo he dicho por no levantar la perdiz y crear una guerra civil entre las familias. Demasiado buena soy... Pero eso está a punto de cambiar. Este año, este 2019, va a ser el mejor de mi vida. Para empezar, romperé mi relación con el soso de Rubén antes de que acabe enero. Si quiero empezar a vivir, necesito tener una vida que sea mía. Además, me propongo empezar a decir siempre lo que pienso, aunque a los demás les moleste. Como seguro que eso me cuesta un poco más, me daré de plazo hasta febrero para conseguirlo. Pero ni un día más.<br />
Me haré un cambio de look, sí. Lo necesito. Llevo mucho tiempo usando el mismo corte de pelo, algo nuevo puede refrescarme la personalidad. Dejaré la pelu para marzo, pero no debo tardar más de eso en ir, porque en abril quiero hacerme ese tatuaje del que siempre he estado enamorada, y que a Rubén le parece tan mal. En mayo, que se me acaba el contrato de trabajo, pienso dedicarme a buscar uno en el que me sienta más cómoda y útil, que pueda llegar a casa con la satisfacción del deber cumplido cada tarde. Y aunque me tome todo el mes, lo conseguiré. <br />
Este verano voy a comprarme un trikini. ¡Lo tengo decidido! En cuanto llegue junio me hago con él, cueste lo que cueste. Nunca me he atrevido, pero 2019 va a ser mi año, ¡claro que sí! Y de este año no pasa que en julio vaya a ver los sanfermines. No me perdonaría morir sin haber conocido la fiesta en la que se enamoraron mis padres... Y hablando de ellos, tengo que ir a visitarlos. Creo que agosto será un buen mes para hacerlo, en Madrid no hay prácticamente nadie y estoy segura de que será un viaje agradable.<br />
Cuando llegue septiembre ya tengo que haber terminado de componer la canción que llevo tanto tiempo teniendo en la cabeza, me doy un buen margen para hacerlo pero que no se me olvide. Y la pila de libros que están esperando a ser leídos desde que empecé con Rubén debe estar liquidada en octubre como muy tarde.<br />
Para este invierno me compraré el abrigo largo que vi en aquella tienda tan cara. Yo creo que en noviembre, cuando empiece a hacer frío, ya habré ahorrado lo suficiente, y deberá ser así porque el año que viene por estas fechas, pienso estar tomándome las uvas en un crucero por el Caribe. </div>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-69513723611395164012019-02-02T22:03:00.002+01:002019-03-28T21:45:18.499+01:0052 retos 2019<div align="left">
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Como el año pasado me quedé con ganas de terminar el reto de los 52 relatos, he decidido ponerme este año con él otra vez: 52 relatos 2019.<br />
La idea viene de nuevo del blog <a href="https://blog.literup.com/52-retos-de-escritura-para-2019/?utm_content=buffera8dd5&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer" target="_blank">Literup</a> y ahí os dejo las bases por si queréis participar, leer o cotejar lo que voy escribiendo con el reto. Ya sabéis que me encantan los retos, y éstos me parecen tan interesantes y adictivos que es leerlos por encima y empezar a picarme los dedos de las ganas de escribir. ¡Espero no quedarme colgada otra vez!</div>
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Como con el reto del año pasado, iré escribiendo poco a poco y publicaré el enlace a cada uno de los relatos en este post para que sea más fácil de encontrar. ¡Disfrutad!<br />
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<a href="https://dosukoi-hanako.blogspot.com/2019/02/ano-nuevo-vida-nueva.html" target="_blank">Reto 1</a><br />
<a href="https://dosukoi-hanako.blogspot.com/2019/02/erase-una-manana.html" target="_blank">Reto 2</a><br />
<a href="https://dosukoi-hanako.blogspot.com/2019/02/reto-3.html" target="_blank">Reto 3</a></div>
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Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-27782101581195636212018-09-05T14:18:00.001+02:002018-09-05T14:18:18.922+02:00Mary Poppins, y la banda extraña<div dir="ltr">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Reto 3: crear un fanfic de tu libro preferido, protagonizado por animales.</span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>Tengo que decir que me ha costado más de lo que esperaba escribir este reto, entre el poco tiempo que tengo y lo que me han absorbido las niñas este verano no encontraba la inspiración. Al final ha sido una pequeña historia de desbloqueo.</i></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mary Poppins agitó su cola ofuscada. <br />
- Jane, Michael, vamos a llegar tarde. ¿Queréis daros prisa? <br />
- ¿Cómo se puede llegar tarde al parque? - Preguntó Michael atusándose las orejas mientras llegaba dando brinquitos. <br />
Enseguida se arrepintió de su pregunta al ver el gesto torcido de la niñera. <br />
- Cállate Michael, y termina de prepararte. - Le aconsejó su hermana llegando por detrás de él, quitando una pequeña pelusa que se había enredado en su cola. <br />
Una vez que las dos pequeñas ardillas Banks estuvieron listas, Mary Poppins cogió sus guantes y marcharon los tres al parque. Hacía un día estupendo, y los niños no tardaron en dejar a la niñera con los bebés para poder ir a jugar. Ella, como buena gata, se sentó en un banco al sol para lamerse el pelaje mientras los gemelos jugaban en el césped, y mientras la hora crítica llegaba. </span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Faltaban un par de minutos para la hora, y Mary Poppins llamó a las ardillas para que se acercaran deprisa. <br />
- ¿Qué es lo que pasa? - Preguntó Jane, que mordisqueaba una nuez. <br />
- Lo sabréis cuando lo tengáis que saber. - Y mirando el reloj una vez más, concluyó. - Ya está a punto. <br />
No les dio tiempo a preguntar más, cuando escucharon a lo lejos una animada música que se iba acercando. En seguida pudieron divisar por la puerta del parque, a un grupo de músicos vestidos con vivos colores, tocando extraños instrumentos mientras bailaban de camino a ellos. <br />
- ¡Mira! - Exclamó Michael con la emoción vibrándole en los bigotes. <br />
La banda estaba compuesta por un lagarto, dos zarigüellas, un cerdo y un pingüino, y dirigiendo todo el cotarro, con una batuta brillante, había un perro cuya mirada hacía adorarle desde el primer momento. Cuando terminaron con la canción que estaban tocando se dedicaron a dar volteretas durante un momento, y acto seguido volvieron a emprender el camino con una nueva pieza. Jane y Michael saltaban de contentos en el sitio viéndolos llegar. <br />
- ¡Ya están aquí! ¡Ya están aquí!<br />
Aplaudieron emocionados mientras el visual desfile pasaba por delante de ellos, haciendo un alto para bailar con Mary Poppins ante la sorpresa de las ardillas. Bailaron, rieron, treparon y corretearon por los árboles, y después de tres canciones más, el director de la banda besó la pata de la niñera, le guiñó un ojo y les indicó que se marchaban. Lo músicos le siguieron, dejando a los niños estupefactos y a la gata con una sonrisa bobalicona. <br />
- ¿También conoces a ese perro? - Preguntó Michael asombrado. <br />
Ella se giró hacia las ardillas con su gesto seco de vuelta y le contestó:<br />
- ¡Qué cosas tienes! Venga, vámonos a casa que ya es tarde. <br />
- Pero ¿y si vuelven? - Preguntó triste Jane. - Yo quiero volver a verlos. <br />
- Otro día. Ahora tenemos que ayudar a preparar la cena. </span></div>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-46476868555318332192018-08-01T22:36:00.001+02:002018-08-01T23:12:35.676+02:00Noche en la mansión Spencer<p dir="ltr">Reto 2: la peor noche de tu vida, contada de final a principio.</p>
<p dir="ltr"><i>Antes de empezar, tengo que comentar que soy una persona bastante optimista y mis vivencias negativas suelo verlas desde un punto de vista positivo siempre que puedo, por lo que no recuerdo ahora mismo ninguna noche nefasta que merezca la pe a aparecer como "mi peor noche". Seguro que he tenido algunas realmente malas, pero mi mente las ha borrado. Así que he decidido contar la peor noche de "mi vida". Es una historia real, que he vivido yo, pero... No en carne y hueso jeje. Espero que os guste igualmente. </i><br></p>
<p dir="ltr">Estaba agotada. La tranquilidad que se respiraba en el helicoptero era adictiva, después de aquella noche. A lo lejos dejamos atrás aquella mansión, ahora totalmente destruida y en llamas. El sistema de autodestrucción que había activado Wesker, nuestro <i>querido </i>y traidor capitán, se había encargado de reducirla a escombros, y casi con nosotros dentro. Menos mal que Brad apareció con este magnífico medio de transporte justo a tiempo, cuando ya se nos acababa la munición. Nos estábamos enfrentando a esa enorme criatura, el Tyrant, que Wesker había mandado para liquidarnos. <br>
Capullo... <br>
Cuando le había soltado en el laboratorio un rato antes, creía que me iba a dar un ataque. Jamás había visto algo así, y a pesar de todo lo que había visto esa noche, me impactó muchísimo. Logré reducirlo, pero a qué precio...e hubiese venido bien el arma que llevaba Barry hacía un momento, mientras me apuntaba a la cabeza en la puerta del laboratorio. No puedo culparle, Wesker le había amenazado con matar a su familia si no colaboraba con él, y quien lo pagamos fuimos Chris y yo. <br>
Chris... Cómo le echaba de menos mientras limpiaba de monstruos los laboratorios subterráneos... Si al menos hubiese podido ayudarme, seguro que habría tardado menos en encontrar todos los emblemas y mierdas que me hicieron falta para acceder al jardín, y de ahí a los laboratorios. Fue una locura, esas zonas estaban infestadas de criaturas mutantes. Parece que los zombies "normales" se habían quedado en la casa, y que el resto de experimentos de Umbrella pululaban por la zona B de la mansion Spencer. <br>
Casi me sentí aliviada al salir de ella. Pensaba que, después de haberme cruzado con tipos en descomposición acercándose hacia mí con la quijada descolgada y ganas de morderme para degustarme, un poco de aire fresco me vendría bien, ya que el aire precisamente era algo que en algunas de las habitaciones brillaba por su ausencia. Por ejemplo, en la sala de arte, llena de cuervos infectados con el virus, que no dudaban en atacarme si les molestaba lo más mínimo. El rompecabezas de los cuadros había sido realmente jodido. Aunque no tanto como conseguir los dos ojos de la estatua del tigre, o la que tuve que armar para sortear zombies cuando quería acercarme a esa habitación a colocarlos. Menos mal que ahí ya tenía a mano la escopeta. Fue bastante duro conseguirla, sobre todo porque casi me convierto en un <i>sándwich </i><i>de Jill. </i><br>
Esa broma de Barry no tuvo ninguna gracia en ese momento, pero ahora agradezco el intento. A pesar de que actuó en nuestra contra durante bastante tiempo, comenzó la noche ayudándome mucho. Gracias a él estoy viva, y no sólo porque me sacó de aquella trampa en la que casi me aplasta el techo. Cuando entramos en la casa, fue él quien me acompañó a investigar. Y de no ser porque se cargó a tiros a aquella criatura que venía persiguiendome... No sé qué habría sido de mí. Estaba en shock, era el primer zombie que veía y no supe reaccionar. Le debo mucho a este grandullón. <br>
La lástima fue que perdieramos a Chris al entrar en la mansión. Siempre he trabajado muy bien junto a él, y apuesto a que la noche habría sido más fácil a su lado. Mientras huíamos de los perros que deboraron a Joseph en el bosque, le escuchaba constantemente cerca, disparando a esos demonios. No sé en qué momento desapareció, pero cuando entramos por la puerta... Ya no estaba. <br>
Aún puedo recordar el sonido de las mandíbulas de aquellos canes, rompiendo los huesos de mi compañero a escasos metros de mí. Había bajado del helicoptero el primero cuando habíamos llegado al bosque en busca del equipo Bravo, que hacía unas horas había tenido un accidente por allí. Fuimos con la esperanza de encontrar supervivientes, y aquí estamos ahora, agradeciendo serlo nosotros mismos. <br>
El hombro de Chris es muy cómodo. Barry limpia su revolver frente a nosotros, y Rebeca parece dormir. Creo que debería hacer lo mismo, ha sido, sin duda, la peor noche de mi vida. </p>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-57200734205894132332018-07-31T22:52:00.001+02:002018-07-31T22:53:28.811+02:00La rubia y los zapatos <p dir="ltr">Reto número 1: el argumento es tu chiste favorito. </p>
<p dir="ltr">La tarde no estaba yendo del todo mal. No había un exceso de gente, pero no nos estábamos aburriendo. Javi y yo dábamos a basto más que suficientemente para atender la zapatería. <br>
<i>"Mejor,</i><i> así se me pasa antes el tiempo" </i>pensé con alegría mientras veía entrar a mi siguiente cliente. Era una chica elegante, bien vestida, maquillada de una forma muy sutil pero realzando sus facciones, y con una larga cabellera de un precioso color oro. Venía subida a unos zapatos de tacón que parecía que estaban en sus últimos días. En cierto modo, era normal verla en una zapatería, puesto que viendo el resto del conjunto, cualquiera se daría cuenta de que faltaba algo. Me acerqué lo más amistosamente que supe y le dediqué mi mejor sonrisa, como buen vendedor que soy. <br>
- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarla? <br>
La chica me miró y me devolvió la sonrisa amablemente. <br>
- Hola, venía a por unos zapatos. <br>
A ver, para mí era obvio. Ese detalle no hacía demasiada falta. Aún así no dejé de sonreír mientras seguía preguntando. <br>
- ¿Qué pie? <br>
- Dos, por favor. Uno para cada uno. <br>
Me pilló tan de sorpresa que pensé que estaría de broma. La miré un momento, tratando de descifrar en su semblante cualquier detalle que me dijera que se estaba quedando conmigo. Pero no vi nada más que inocencia y esa sonrisa que cada vez se me antojaba más estúpida. <br>
- Digo... - me atreví al final- su número. ¿Qué número tiene? <br>
Ella ensanchó su sonrisa. Ahora lo había entendido, había sido sólo un despiste. <br>
- ¡Sí claro! 637 25 82 18.<br>
¡Y se quedó tan pancha! Seguía sonriendo como si acabase de aprobar un examen muy difícil. Hasta pude ver unas manos invisibles darle palmaditas en la espalda, del orgullo que estaba sintiendo. Me giré despacio, miré a Javi, que se reía detrás del mostrador, y lo más respetuosamente posible, le dije levantando la palma de la mano:<br>
- Atiende tú a la rubia, anda... </p>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-92107182067729381592018-07-31T17:41:00.001+02:002018-09-05T14:18:50.610+02:0052 retos<div dir="ltr">
He encontrado un reto realmente interesante: 52 ideas para relatos. <br />
La idea viene del blog <a href="https://blog.literup.com/52-retos-de-escritura-para-2018/?utm_content=buffer77b13&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer">Literup</a> y ahí os dejo las bases por si queréis participar, leer o cotejar lo que voy escribiendo con el reto. Es una iniciativa genial con la que estoy súmamente emocionada, y espero que os guste lo que voy escribiendo. Para mí, estos retos siempre me <u>han</u> dado la vida. </div>
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Iré escribiendo poco a poco y publicaré el enlace a cada uno de los relatos en este post para que sea más fácil de encontrar. </div>
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<a href="http://dosukoi-hanako.blogspot.com/2018/07/la-rubia-y-los-zapatos.html?m=1">Reto </a><u><a href="http://dosukoi-hanako.blogspot.com/2018/07/la-rubia-y-los-zapatos.html?m=1">1</a></u><br />
<a href="http://dosukoi-hanako.blogspot.com/2018/08/noche-en-la-mansion-spencer.html?m=1">Reto 2</a></div>
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<a href="http://dosukoi-hanako.blogspot.com/2018/09/mary-poppins-y-la-banda-extrana.html" target="_blank">Reto 3</a></div>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-31814029366719115292018-07-21T23:49:00.001+02:002018-07-30T22:58:08.462+02:00Diario de Edelia<div dir="ltr">
Día <u>XX1</u></div>
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<u><br /></u></div>
<div dir="ltr">
Hoy las puertas del castillo se han abierto para unos invitados muy especiales. Son los Señores de una ciudad costera al oeste de aquí, no recuerdo muy bien el nombre. Han venido varias familias, creo que tenían negocios que tratar con mi padre. Aunque, como siempre, hemos acabado de celebración. Si hay algo que diferencia a mi familia de los demás elfos es nuestro afán por ser los mejores anfitriones.<br />
He pasado la tarde en mi invernadero, cuidando de mis plantas medicinales. La artemisa no está creciendo muy bien últimamente, y eso me preocupa, puesto que es la hierba de las mujeres. ¿Significa eso que tengo algún problema que haya captado la planta y yo aún no lo sepa? Está claro que un trozo de mi alma reside en cada una de mis preciadas macetas, y me preocupa que ese pedazo no esté del todo sano. Se avecina un cambio en mí, estoy segura.</div>
<div dir="ltr">
Una vez más, se me volvió a ir la hora y llegué tarde a la cena. Por suerte nadie se dio cuenta, los invitados ya estaban bastante perjudicados gracias a las barricas de hidromiel que llevaban rondando desde media mañana. Pero padre, que siempre está al tanto de todo lo que pasa en su hogar, sí se enteró cuando me senté al final de la mesa. Cuando alcé la vista hacia él me topé con su mirada de reproche silencioso. Bueno, mañana tendré que escucharle la misma charla de siempre. No me queda otra opción.<br />
Pero en ese momento decidí no pensar en ello y disfrutar de la opípara comida que tenía delante. Y en eso estaba, cuando una brillante y azulada mirada me llamó la atención. Era un chico, un joven humano, sentado justo en la otra punta de la mesa. Debía ser una persona importante, cercana a uno de los Señores que habían venido, por la posición de su asiento.<br />
La intensidad con la que me miraba hizo que se me cerrara el estómago y que mi corazón empezara a latir con fuerza. No supe muy bien sus intenciones, ni siquiera el por qué de esa llamativa mirada o sus pensamientos, pero logró que mi cuerpo se retorciera en la silla. No debía tener más de... ¿Cuánto? ¿Diecisiete? ¿Dieciocho años? Y aún así me estaba haciendo temblar, sin saber el motivo. Aparté la vista y durante el resto de la cena, que fue corta e incómoda para mí, traté de esquivarla todo lo que pude. Él siguió mirándome de esa misma forma hasta que me levanté de la mesa.</div>
<div dir="ltr">
No sé su nombre, no sé quién es, ni qué intenciones tiene. Y de momento, esta noche, no me interesa averiguarlo. Quizás mañana, cuando padre se levante tras el pertinente descanso tras la fiesta que promete alargarse hasta la madrugada, y una vez que los invitados hayan partido, me acercaré a preguntarle por el extraño y ¿apuesto? chico de ojos azul brillante, que se sentaba en la mesa principal, cerca de los Señores humanos. </div>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-46094055253991411742018-07-07T17:38:00.003+02:002018-11-22T14:00:27.181+01:00Dragón<br />
<div lang="zxx" style="line-height: 115%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: large;"><b>Capítulo 1: El compromiso de Jones</b></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 115%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 115%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El aire de la noche de
Chicago estaba inundado constantemente por música de jazz, sudor y
podredumbre. No era la mejor ciudad para vivir, ni la más limpia,
pero cualquiera que supiera cómo echarle morro a la vida no tendría
problemas para conseguir lo que necesitara. Era un sitio dominado por
la corrupción, la mafia, la ilegalidad a simple vista, y los juegos
y negocios bajo la mesa entre las familias poderosas de la zona. Las
italianas eran las que normalmente movían todo el cotarro, pero el
honor europeo concedía un respiro a algunos apellidos que llevaban
en aquella tierra más tiempo de lo que siquiera habían conocido los
propios edificios. Era el caso de los Jones.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La familia Jones era una
de las más importantes de todo Chicago. Su monumental fortuna y sus
florecientes negocios son conocidos en todo el estado de Illinois al
igual que el hecho de que Lucy Jones era la única heredera de todo
el imperio. De cara a la prensa, la mayor parte de las ganancias
provenían del comercio con materias primas como madera, carbón o
metales. Sus negocios internacionales, en esta época de despiporre
mercantil, hacían que el buen nombre de la empresa fuera conocido
incluso en distintos lugares de Europa, sobre todo gracias a las
ingentes cantidades de madera que enviaban directamente desde Canadá,
o al gran servicio que la parte metalúrgica daba en territorio
nacional. Una de las más conocidas y codiciadas. Sin embargo, sus
verdaderos ingresos no tenían que ver con cosas tan legales. Era un
secreto a voces que los Jones poseían varios clubs de jazz
clandestinos muy exclusivos, para gente que quisiera un trato
especial y no le importara dejarse cada noche un buen dinero. Eran
locales muy discretos a los que asistían personajes importantes que
buscaban un desahogo sin tener que preocuparse de ojos curiosos ni
habladurías. Edward Jones se encargaba de ello, ya que disponía de
una amplia agenda de teléfonos a los que llamar en caso de necesitar
cerrar alguna boca, cobrar algún pago o simplemente marcar
territorio.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Lucy nunca estuvo
interesada en los negocios de su padre, en heredar la empresa o en
trabajar, por lo que se limitaba a vivir una vida tranquila hasta que
no le quedara más remedio. Desde hacía tiempo se hablaba de
concertarle un matrimonio que la haría no tener que preocuparse
nunca más de ese turbio mundo, y en cierto modo estaba deseando que
llegara. No salía de los círculos sociales en los que sus padres la
habían metido y no eran algo que la entusiasmara, por lo que no
tenía demasiado afán por la vida en sí, ni ganas de aprender a
apreciar la que se le ofrecía. Esos ostentosos bailes, esas medidas
conversaciones, esos guiones de amistad artificial con los que
convivía día a día era todo lo que conocía, y para lo que la
habían educado. "Tú tienes una línea, no te salgas del
camino". Su madre Layla era la típica mujer florero que todo
magnate deseaba a su lado, y su mayor deseo era que su hija se
convirtiera en lo mismo en lo que ella llevaba trabajando años. Así
que la chica, resignada, había aceptado su rol en la sociedad de
cero a la izquierda de su padre, hasta que pasara a ser cero a la
izquierda de su esposo. Eso sí, un cero precioso, rubio de ojos
color chocolate, con una esbelta figura y un busto realmente
envidiable, que se dedicaba a perder el tiempo entre sus libros, sus
cremas y sus abalorios para el cabello. Hasta el día que por fin su
padre le anunció que ya tenía marido.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Se organizó una gran
fiesta para celebrarlo, como todas las que organizaba la familia
Jones, quienes eran conocidos por saber dejar siempre huella en la
sociedad. Lucy sonreía a todos los invitados con su natural encanto
y sus bien aprendidos modales, esperando el momento de conocer por
fin en persona a su prometido. Miraba cada una de las caras de las
decenas de invitados que se encontraban en el salón en ese mismo
momento, imaginando quién podría ser el elegido en un juego extraño
y morboso que la tuvo entretenida bastante tiempo. Pudo distinguir
caras familiares también, como algunos de los empleados que
tabajaban para ellos. No dudó en acercarse a hablar con Trevor
Redfox, un chico alto, corpulento, de pelo negro y largo, siempre
burdamente atado en una coleta y con una musculatura que le hacía
imponente. Era el jefe de la fábrica en la que trabajaban los
metales que importaban, y se llevaba bastante bien con él. Además
de que sabía de buena mano que hace poco, cuando le presentó a su
mejor amiga Leena McGarden, no se había quedado impasible ante ella.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Buenas noches -saludó
la joven.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Buenas noches,
señorita. -Contestó con toda la galantería que pudo el muchacho.
Era bastante rudo, pero sabía comportarse cuando la ocasión lo
requería- ¿Se lo está pasando bien?</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Más aburrida no puedo
estar -bromeó, ganandose una risa del chico-. ¿Qué tal va la cosa
con Leena?</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Esta pregunta logró que
se sonrojara ligeramente.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Pues hemos quedado
varias veces. Parece que nos entendemos, es una chica interesante.
Pero algo me dice que usted ya sabe todo lo que le pueda contar.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Lucy rió abiertamente.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- La verdad es que esas
no fueron las palabras que usó mi amiga cuando le pregunté, y me
dio más detalles apasionados de vuestros encuentros -dijo guiñando
un ojo con complicidad-. Me alegro de verte, voy a seguir saludando a
la gente.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Si necesita alguna
cosa, sólo llámeme.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Gracias Trevor.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Continuó paseando por la
habitación debatiendo cuál de esos insulsos chicos podría ser el
apalabrado para ella, cuando le vio... Sus ojos verdes estaban
clavados en ella como si trataran de llamar su atención. Su cabello
castaño, despeinado con abrumadora elegancia, enmarcaba una cara de
rasgos bellos, con unos labios tremendamente tentadores. Estaba
apoyado contra una pared, cruzado de brazos pero con gesto tranquilo.
Cuando sus miradas se encontraron Lucy notó cómo una chispa se
encendía en algún lugar de su cuerpo que aún no reconocía, y
quiso acercarse para saber más sobre él. Pero sus piernas no
respondían. Se había quedado estática en el sitio sin poder
apartar la mirada, hasta que él por fin se movió y se acercó a
ella con paso decidido.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Bonita fiesta, ¿verdad?
-preguntó en tono sugerente mientras la observaba de arriba a abajo
con descaro, algo que la hizo temblar en lo más íntimo.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Sí... -atinó a
contestar en un murmullo-. Bonita... perdone, creo que no conozco su
nombre.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Ni yo el suyo -sugirió
el chico enarcando una ceja de la forma más sexy que ella había
visto nunca. Tratando no dejarse llevar por el momento pensó
fríamente en lo que acababa de escuchar. Si no sabía quién era
ella, ¿quién demonios sería él y qué hacía en su fiesta de
compromiso? </span></span>
</div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Creo que yo pregunté
primero -dijo decidida después de tragar el nudo de emociones que se
estaba formando en su garganta. Él la miró de nuevo a los ojos,
esos ojos castaños que le tenían embelesado desde hacía rato
cuando la había visto reír con aquel hombre de rasgos duros, y
contestó con un murmullo lascivo contra su oído.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Me llamo Will O'Hara. Y
usted es...</span></span></div>
<div align="LEFT" lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las piernas le temblaron.
Definitivamente, causaba un efecto en ella demasiado fuerte, pero no
lograba discernir la causa. Desde donde estaba situada miró la línea
de su cuello perdiéndose dentro de la camisa, que llevaba varios
botones abiertos, y practicamente suspiró cuando dijo su nombre.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Lucy... Lucy Jones.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Algo se rompió en el
momento. El chico se puso notáblemente tenso y se apartó muy
despacio de ella, evitando volver a mirarla a la cara.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Señorita Jones, un
honor conocerla. Creo... que es hora de que me marche. </span></span>
</div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Bonita fiesta, y
bonita... -hizo una pausa y sin querer sus ojos se volvieron a
cruzar. Sacudió casi imperceptiblemente la cabeza antes de
finalizar.- Buenas noches.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Y sin decir más, se dio
la vuelta y se perdió entre la gente.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">No había pasado más de
una hora cuando Edward Jones, el padre de Lucy, se acercó a ella.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Hija, te estaba
buscando.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- ¿De qué se trata?
-dijo mientras seguía ojeando el salón con la vista para volver a
encontrar al chico que la había dejado sin aliento y que parecía
haberse esfumado por completo.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Tu futuro marido está
aquí, creo que deberías presentarte.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Un jarro de agua fría
cayó sobre la muchacha, que fijó la mirada en su padre un poco
nerviosa. ¡No lo recordaba! Era su fiesta de compromiso... Y aún no
sabía nada de su pareja. Por un momento se le pasó la loca idea por
la cabeza de que quizás, sólo quizás, cuando su padre le
presentara a aquel chico, la llevara directamente ante un joven de
pelo castaño, traje negro y camisa morada con unos sugerentes
primeros botones desabrochados, los cuales incitaban a curiosear
dentro de ella. Sacudió la cabeza y volvió a retomar la cordura. Le
tendió la mano a su padre para que la guiara, sumisa cual corderito
como bien la habían enseñado, y tras caminar un poco sorteando
gente, Edward se paró a la espalda de un chico rubio de cabellos
revueltos, cuyo traje negro marcaba una fuerte espalda y un porte
bastante sexy. Le tocó en el hombro para que se diera la vuelta, y
Lucy pudo comprobar que el chico realmente no tenía desperdicio. Con
los ojos escondidos tras unas gafas que le daban un aire más
atractivo si cabía y una sonrisa encandiladora, logró hacer que la
chica se quedara sin palabras un momento.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Lucy, este es Lionel
Kerrington.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El chico tomó una de las
manos de la muchacha con sutileza y se la llevó a los labios para
besarla con caballerosidad.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Encantado señorita
Jones, puedes llamarme Leo.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Bueno, -consiguió
articular al fin- creo que dadas las circunstancias, puedes llamarme
Lucy.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Edward los miró con
orgullo y se retiró para que poco a poco se fueran conociendo. Había
supuesto que la elección agradaría a su hija, y se alegraba de ver
aquello porque los negocios con la familia Kerrington eran muy
importantes. Eran grandes exportadores de lana desde las islas
británicas y habían decidido afincarse hacía unos años en Chicago
para llevar desde aquí sus negocios ya que su mayor comprador ahora
mismo era Estados Unidos. Su influencia crecía por momentos, al
igual que su fortuna, aunque no tenía nada que ver con la de los
Jones aún. Al unir las dos familias de esa manera montarían un
imperio que nadie podría superar, y esperaba verlo a flote antes de
morir.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Los jóvenes estuvieron
hablando largo rato. Parecían llevarse bien. Después de todo, puede
que el matrimonio saliera mejor de lo que esperaban. Cuando la noche
ahondó más en la fiesta y los más mayores empezaron a retirarse,
Lucy, con cualquier excusa, decidió marcharse a descansar. Quedó
con su futuro marido para pasar el siguiente sábado juntos, y
empezar a hablar de la boda. Se despidió de todos y se alejó, pero
cuando pasó por la puerta, un ligero cosquilleo le recorrió la
nuca. Se giró hacia la lista de invitados, donde constaban los datos
de cada una de las personas que habían estado esa noche allí. De
parte de quién venían, qué relación tenían, y en algunos casos
una dirección de contacto. Le daba igual qué averiguar de él, pero
necesitaba saber algo más de ese tal Will O'Hara. Llevaba toda la
noche pensando en él aun a pesar de la grata compañía, y
buscándole inconscientemente. Repasó la lista de arriba a abajo,
primero buscando por orden alfabético y luego leyendo los nombres de
uno en uno. No estaba. El nombre que le había dado no aparecía en
la lista. Tal vez se había presentado con un nombre falso, pensó.
Eso le llevaba a pensar en que no era alguien con quien debiera
entrometerse. Suspiró profundamente, dejó la lista en su sitio y
empezó a caminar hacia su habitación.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El reloj de pared que
reposaba presidiendo aquel oscuro cuartucho marcaba casi las 10.
Cuando abrió la puerta, el olor a tabaco que había dejado el último
cliente de la noche anterior inundaba toda la sala, y Gerard se
maldecía por haberle dejado fumar en el despacho mientras abría una
ventana. No soportaba ese olor, le provocaba náuseas y dolor de
cabeza, pero era demasiado blando con sus clientes como para negarles
ese vicio que consideraban relajante, y menos cuando le acababa de
confirmar que, como él pensaba, su esposa trabajaba como prostituta
para costearse un problema con las drogas que llevaba arrastrando
desde bien joven. Justo cuando el reloj comenzaba a sonar marcando el
inicio de su jornada laboral, el teléfono sonó. Corrió a
descolgarlo en seguida, aún con el sombrero puesto y la gabardina en
la mano.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- ¿Sí?</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- ¿Gerard O'Conell? -una
voz atemorizada al otro lado del auricular.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Soy yo. ¿Quién quiere
saberlo?</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Verá, llamo de la
mansión Jones. Tenemos un encargo para usted.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Lanzó el sombrero sobre
la mesa mientras tomaba asiento, dejando la gabardina sobre el
respaldo de la silla y buscando pluma y papel.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Dígame, le escucho.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- Por aquí no. Venga a
la mansión Jones hoy sobre las 12 por favor. Le explicarán los
detalles allí. Pregunte por Virgo, ella le atenderá.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Dudó un momento. No
acostumbraba a tomar encargos de gente que no se identificaba y menos
tras darle tan pocos detalles, pero la familia que le estaba
contratando era muy poderosa. Probablemente le pagarían bien, y eso
era algo a tener en cuenta en estos tiempos en los que uno de cada
cuatro encargos resultaban pagarle con empanadas, guisos o ropa que a
veces no era ni de su talla. No le convenía rechazar el trabajo.
Gruñó inconscientemente y contestó.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">- De acuerdo, allí
estaré.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Sin decir más colgó. Se
pasó la pluma por los labios mientras miraba al techo y sostenía en
la otra mano un papel en el que solo había escrito un 12, aún
brillante por la tinta húmeda. No tenía nada que hacer hasta esa
hora, así que mientras se ventilaba el despacho bajó a la calle a
comprar el periódico y un café. Lo iba a necesitar.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Gerard era uno de los más
respetados y honrados detectives privados de todo Chicago. Era temido
en los locales en los que se movían asuntos oscuros, y no pasaba
desapercibido puesto que llevaba un llamativo tatuaje tribal en la
cara. Nunca contaba la historia de ese extraño dibujo, ni el por qué
se lo había hecho. Pero le daba personalidad. Era su marca. Esa y
los reflejos azulados de su pelo extremadamente negro, facilmente
reconocibles bajo el raído sombrero que siempre iba con él. Su
integridad era noble y sus clientes generalmente eran parte del
pueblo. Prefería ayudar a una persona en apuros a pesar de saber que
no iba a cobrar el trabajo antes que venderse a la vorágine que se
vivía en los bajos fondos de la ciudad y que podía reportarle
seguridad y mayores beneficios. Había pasado varios años trabajando
con un compañero, hasta que descubrió que recibía sobornos de
algunas de las grandes familias de la mafia para truncar sus propias
investigaciones a favor de los pequeños comerciantes extorsionados o
de las esposas cuyos maridos habían sido asesinados debido a algún
ajuste de cuentas. No dudó en dejarle las cosas claras y echarle de
allí, si bien no le hizo falta ni utilizar la puerta, puesto que el
chico salió por la ventana directamente. Tras eso se dio cuenta de
que la mayor parte de su cartera de clientes lo era gracias a que ese
desgraciado iba prometiendo el oro y el moro a quien no debía, y la
voz de que aquellos detectives ayudaban a limpiar reputaciones
manchadas de sangre se corrió como la pólvora. Ahora no recibía
demasiados encargos, pero el dinero le daba justo para mantener el
alquiler de la oficina, los gastos que pudiera generar, y vivir en un
cutre apartamento dos calles más abajo. Total, para lo único que lo
utilizaba era para ducharse y dormir, y a veces ni eso. Se
consideraba un chico serio, y aunque no le faltaban pretendientes a
estas alturas de su vida, cierto es que no solía llevarse a ninguna
a dormir a casa. Tampoco esperaba encontrar el amor trabajando 16
horas diarias...</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pero ahora, lo primero
era lo primero. Se pondría al día de las noticias y a medio día se
acercaría a casa de aquellos ricachones para ver de qué se trataba
ese misterioso trabajo...</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mi primera novela ^^</span></span></div>
<div lang="zxx" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">¿Os ha gustado? Aquí tenéis el libro completo:</span></span></div>
<div lang="zxx" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<a href="https://www.casadellibro.com/ebook-dragon-ebook/9788483267707/6451776" target="_blank">Dragón, por Hanako Dosukoi</a><br />
<br />
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Ahora también podéis conseguirlo en papel :)</div>
<div lang="zxx" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<br /></div>
<div lang="zxx" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">¡Gracias por leer! Y no os olvidéis de compartir.</span></span></div>
<div lang="zxx" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">¡Nos leemos!</span></span></div>
<br />Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-49874184844202539782018-04-01T12:57:00.000+02:002018-04-01T12:57:12.688+02:00El tatuaje de Cordelia<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-
Abuela, ¿qué significa el tatuaje que tienes en el cuello?</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Jaime
preguntaba con la inocente curiosidad de un niño de ocho años a su
abuela Abigail, quien levaba rato meciéndose al lado de la chimenea.
Se tocó inconsciente el trazo negro que asomaba por la camisa.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿De
verdad quieres saberlo?</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Sí
-contestó el muchacho tras dudar un poco. Su primo Pedro y su
hermana Sofía se acercaron al escuchar la inquietante pregunta de la
mujer.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los
miró a todos, uno por uno, con sus chispeantes ojitos llenos de
expectación, y empezó a relatar con su voz de contar historias.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Me
lo hicieron cuando me encarcelaron en la Nueva York de 4736 por no
ser ciudadana registrada.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un
quejido unísono hizo que Abi se echara a reír.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-
¿Otra vez, abuela?</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-
¿Cómo que otra vez? Tú has preguntado. ¿Queréis saber lo que
pasó o no?</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los
niños asintieron. Prometía ser otra de las historias fantásticas
de su abuela, y se sentaron a su alrededor para disfrutarla.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Fue
un día que estaba aburrida. Había estado leyendo un libro sobre la
historia y evolución de esa ciudad, y quise saber cómo llegaría a
ser. Así que me monté en mi máquina del tiempo y adelanté unos
cuantos años el reloj.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-
Abuela, ¿cómo se llamaba tu máquina?</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Yo
la llamaba Zanahoria, porque era naranja. -contestó con una sonrisa
melancólica- Otro día os explicaré su nombre real.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Y
qué pasó con ella? -Volvió a preguntar Sofía.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-
¿Queréis que os cuente la historia del tatuaje o no? -Todos
asintieron de nuevo.- Bien, pues como os contaba, monté en Zanahoria
y me presenté en ese año. La ciudad era realmente abrumadora. Una
cúpula de cristal la aislaba del resto del mundo y a la vez la
protegía de intrusos. Intrusos como yo... Mientras admiraba los
árboles holográficos de Central Park, una patrulla de la policía
se acercó a mí con curiosidad. Me pidieron que me identificara.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Les
enseñaste tu DNI español de 2016? -rió Pedro.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No,
me pedían el chip de identificación que debía llevar en el hombro.
Como no lo tenía me encarcelaron. -La pequeña abrió mucho la boca,
sorprendida.- Fueron muy discretos. Me pidieron amablemente que
subiera al coche patrulla y me hasta me pusieron música durante el
trayecto.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La
verdad era que se abalanzaron sobre Abi como perros rabiosos, la
redujeron sin miramientos e incluso le llegaron a hacer un corte en
el pómulo cuando la tiraron al suelo. Por aquel entonces ella tenía
26 años, se defendía bien y se movía cual rabo de lagartija para
intentar zafarse de los agentes de la ley. Sonrió interiormente
mientras suavizaba la historia.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Y
cómo saliste de allí? -le preguntó Jaime.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Pues
no fue fácil. La seguridad en esa época es mucho mayor que la de
hoy en día. Además, al ingresar me hicieron este tatuaje para
tenerme controlada. Es un código de preso tatuado con una tinta
especial. Guarda toda la información que tienen sobre mí. Código
genético, nombre, procedencia... ni que decir tiene que poco tenían,
ya que en realidad yo no existía. Pero si alguien leyera el código
con una de las máquinas que tenían, se activaría, brillaría y les
diría que me llamo Cordelia Instad, vivo en Londres y nací en el
año 4710. </span>
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los
peques rieron. Su abuela siempre se hacía llamar así en sus
historias. Ninguno creía que aquello que les contaba cuando la veían
fuera cierto, pero igualmente les gustaba escucharla. Jaime, no
dispuesto a que acabara allí la aventura de la genial Cordelia,
Quiso saber cómo había llegado a escapar de aquella prisión y
volver hasta su tiempo, para conocer a su abuelo, casarse, tener a
sus dos hijas y llegar hasta la fecha actual.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Fue
difícil. En esta ocasión no tuve ayuda de nadie, ya que no había
nadie por allí. Dos días pasé hasta que alguien apareció por la
puerta de mi celda. Decía que habían encontrado coincidencia con el
código genético en un resquicio de un antiguo país al otro lado
del océano. Me dio lástima escuchar eso, pues entendí que mi
descendencia no saldría de la península en la que ahora vivimos.
Conmigo se acabaría la historia de Zanahoria. -Estaba realmente
triste al decir eso. En dos segundos se repuso y continuó. Los
chicos querían saber qué pasó.- El caso es que me llevaron a la
sala del consejo para interrogarme. De camino, por los pasillos, pude
asomarme a alguna ventana y deducir mi posición. No estaba muy lejos
de donde había aterrizado con mi nave, llegar sería fácil. El caso
era librarme de los guardias, que parecía imposible. Entonces, pasó
algo que me dejó igual de estupefacta que a ellos. -Los niños la
miraban expectantes- Una gran explosión a unos metros delante
nuestro, seguida de una nube de humo extraño que nos rodeó en un
pispás. Cuando reaccioné vi que tenía los grilletes abiertos, y no
tardé en salir corriendo de aquel sitio.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Y
qué hizo aquella explosión? -preguntó Pedro aún con la boca
abierta.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No
lo sé, cariño. Sólo sé que me ayudó a escapar. Lo único que
pude ver fue unos ojos brillantes mirarme desde el centro de la
explosión, y juraría que los conocía.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Su
mirada se enturbió. La apartó del grupo de chiquillos y volvió a
internarse en sus pensamientos. Aun hoy seguía soñando con aquellos
deslumbrantes ojos que había visto entre el humo, mirarla con
intensidad. Unos ojos en los que, no tenía muy claro el qué, pero
algo reconocía.</span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los
niños se fueron retirando de uno en uno, dejando a su abuela de
nuevo en ese estado de aislamiento en el que vivía casi
permanentemente. No estaba muy bien de la cabeza e inventaba
historias para evadirse. Pero al terminarlas siempre volvía al mismo
estado. No fue hasta que todos salieron de la habitación, que un
ligero brillo iluminó el tatuaje del que habían estado hablando.</span></div>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-6094368080298120112018-03-22T14:23:00.000+01:002018-03-22T15:49:23.507+01:00Lunes explosivo<p dir="ltr">Una hermosa y fría mañana antes de la primavera, daba vueltas yo por mi casa terminando de arreglar las cosas antes de irme al trabajo. El suelo está ya despejado para que Ambrosio lo limpie mientras estamos fuera, la lavadora funcionando y la secadora programada. Sólo queda ponerse los abrigos y salir. Cuando noto una perturbación en la Fuerza... Mi pequeña, la cosa más adorable, mordisqueable, achuchable, y más cosas que acaban en -able, del mundo, me mira sentadita sobre la cama, tratando de mantener el equilibrio que sus 6 mesecitos le permiten, con los ojos enrojecidos y la respiración contenida. Estaba mordiendo su sonajero preferido totalmente inmóvil, sonriente, malévola... </p>
<p dir="ltr">El estruendo llegó medio segundo antes que el suspiro, y escuché cómo sus ojos decían "tengo algo para ti, mamá". Inocente de mí, que llegué con un pañal y una toallita húmeda a recoger aquel desaguisado. Cantándole alguna de esas estúpidas canciones que nos da a los padres por inventarnos cuando interactuamos con bebés y les hacemos gestitos raros para que se rían, agarré la goma del pantalón y tiré. Y tiré... ¡vaya lo que tiré! Un depósito de esa grumosa y semilíquida sustancia que expulsa el pequeño culito de mi niña aguardaba en la pernera del pantalón, esperando su momento de gloria, en el que saborearía la libertad y camparía a sus anchas por mi cama, mi suelo y mis zapatillas. Mi sorpresa fue tal que en principio lo único que se me ocurrió fue soltar la prenda y dejarla caer (con el consecuente esparramo). Tiré el pantalón al lavabo, abrí ese pañal poniendo la mayor distancia posible entre él y mi cara, y me la jugué con mi triste toallita en la mano. </p>
<p dir="ltr">Ni que decir tiene que tuve que utilizar otras dos más para recoger (más o menos) lo que había organizado. Con la niña sin pañal ya me di cuenta de que seguían apareciendo manchas de caca. ¿De dónde? ¡Del body! Encontré la fuente de mi desgracia y se lo quité con cuidado. Básicamente para no restregarle todo lo que acababa de soltar por su pequeña y dulce cabecita. Envolví la zona cero con el resto de la tela y lo lancé, cual granada, al cesto de la ropa sucia, consiguiendo una canasta perfecta apoyada por el cuadrado del tablero, que era la pared de mi cuarto. Pared que recibió el impacto del body, así como la metralla que contenía, la cual se afincó entre los recovecos de un agresivo gotelé que me causa más quebraderos de cabeza que alegrías. Allá me lancé, toallita en mano, a tratar de quitar los restos que acababa de dejar sin querer, entre espasmos de locura y risas nerviosas. </p>
<p dir="ltr">Al final, quince traumáticos y caóticos minutos después, pude cargar mochilas, niñas y demás enseres y salir de casa para comenzar la semana tarde, pero con buen humor.</p>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-22375897985521313452014-04-17T03:05:00.000+02:002014-04-17T03:05:16.921+02:00La aniquilación de la humanidadCorría una extraña mañana de miércoles. El calor empezaba a hacerse palpable en el ambiente y en mi uniforme en "modo cebolla: off". Cuando me disponía a dormir un poco antes de la comida, una llamada me hizo ponerme en marcha y cambió todo mi día de guardia. MJ había vuelto...<br />
Primero empezó tímidamente como una pequeña indefensa. Los egipcios la recibieron con naturalidad y sin apenas idea. Tan pronto como el tiempo fue pasando MJ se hizo cada vez mas poderosa. Tenía bajo su influencia a muchas personas y consiguió evolucionar de forma que fuera mucho más peligrosa. No paraba de extenderse. Los paises de alrededores notaron su influencia. No se dieron cuenta hasta que estaba totalmente infiltrada en sus miserables vidas, de forma que ya era demasiado tarde. La plaga se había expandido. MJ era poderosa y rápida. Hacía lo que quería y no dejaba títere con cabeza. En unos cuantos minutos que se hicieron más de trescientos días toda la humanidad había sucumbido a la bacteria MJ. Una bacteria muy infecciosa, peligrosa pero no demasiado mortal hasta el momento. <br />
Haciendo honor a su nombre MJ volvió a evolucionar cuando ya tuvo el mundo bajo control, y se covirtió en una depredadora voraz que acabó con los humanos en muy poco tiempo, sin darles tiempo ni opción para nada. Estaban condenados. Pronto no quedó un solo humano vivo sobre la Tierra. Y cuando todo había terminado, me dieron mi puntuación. Sólo un 3 sobre 5! Después de la rapidez y operatividad de mi bacteria solo me dan un triste aprobado... No dejaré de maldecir a MJ.<br />
En fin, voy a volver a mi juego a ver si consigo aniquilar la humanidad con mi nuevo hongo, Champiñón.<br />
Felices sueños!Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-62223507853098167442013-06-20T16:50:00.000+02:002013-06-20T16:50:01.016+02:00¿Te quiero, o no te quiero?<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Una relación sentimental debería ser un secreto cómplice entre dos personas que se quieren y que se complementan, que se divierten juntos y que se echan de menos cuando no lo están. Cuando te empiezas a plantear cosas tales como si prefieres estar sola más veces que con esa persona, es que hay un problema.</span><div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">A veces, quererse no es suficiente. Ah, ¿es que alguna vez lo es? ¿Hay algún tipo de relación que pueda subsistir a base de "amor" y de "intenciones"? Porque lo veo bastante poco factible. La intención no es lo que cuenta ni siquiera con los regalos. Nos dan con toda la ilusión del mundo algo que verdaderamente odiamos en cuanto lo vemos, y nos creamos la obligación moral de quedarnos con ello sólo por la intención que lleva. ¿Con las parejas pasa lo mismo? ¿Llegamos a un punto en que decimos "querer" a la otra persona porque sus intenciones hacia nosotros nos obligan moralmente, apoyadas por el camino que ya llevamos andado juntos?</span></div>
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Me resulta cada vez más difícil querer a alguien. Cada momento que pasa veo más frío el comportamiento meloso de un par de tontos "enamorados". ¿Qué es en realidad el amor, sino una sucesión de procesos químicos en el cerebro? Y por supuesto debemos parar el mundo porque uno de esos procesos nos lo dice, alegando que viene del corazón, un simple músculo que bombea sangre por nuestro cuerpo, no arcoíris y florecitas. Movemos montañas a causa de ese "amor" para que luego, en un momento no concreto, toda esa ilusión deje de existir. Lloramos, pues no podemos vivir sin esa otra persona (sin acordarnos de todos los años que lo hemos hecho antes de conocerla) y tenemos otros efectos secundarios del tipo de falta de hambre y de sueño, que son muy perjudiciales para nuestra salud, os lo digo en serio. Si dejas de comer puedes llegar a morirte. Si dejas a una persona.... pues no.</span></div>
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La vida en pareja no está hecha para todo el mundo. Hay gente que no es capaz de mantener una relación, y les va la mar de bien. Hay otros que pretenden obligarse a ser quienes no son para encajar con la sociedad y con la idea de una familia perfecta. Y hay gente que no saben dónde están. ¿Es querer a alguien realmente importante para nosotros, individualmente? ¿En realidad llegamos a hacerlo o es una ilusión de nuestro cerebro para mantenernos ocupados? ¿Necesitamos compartir nuestras vidas con otra persona íntimamente? </span></div>
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Acabo haciendo referencia a uno de mis personajes preferidos en el mundo de la ficción, Sheldon Cooper (The big bang theory), apuntando una observación ciertamente real y llana: dicen que no se puede vivir sin amor, pero francamente creo que el oxígeno es más importante.</span></div>
Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-89096788769324835532013-05-26T12:20:00.000+02:002013-05-26T12:20:10.328+02:00El precio de un sueño<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ahora mismo soy una ama de casa (supongo que como muchos y muchas de los que leeréis ésto) que se pasa el día entre los fogones de la cocina, el fregadero y la lavadora. Como ya he dicho antes en algún punto de este blog, soy una loca de los gatos a la que le encanta cualquier felino. Tengo una gatita juguetona que va a hacer un año llamada Kuroi, que es el mismísimo diablo (me recuerda a mi cuando era niña) y me acaban de dar hace unos días un bebé de apenas dos semanas a la que de momento llamo Arimi y alimento con muchísimos biberones al cabo del día. Mis tareas son alimentar a las dos gatas, a mi chico y a mi, y tener la casa lista mientras él va a trabajar y a estudiar todos los días. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Me paso la vida sola en casa viendo series y películas en mi ordenador una vez acabo. Pero mi mayor pasión es la literatura. Adoro leer y escribir, aunque últimamente no saque mucha inspiración para lo segundo. Y he llegado a leerme el primer libro de la famosa saga de Grey en menos de una semana. ¡No me cunde! Sin embargo no me gustan los e-books ni soporto leer de la pantalla del ordenador o del móvil, llamadme romántica empedernida si queréis, pero una de las mejores sensaciones del mundo es ir oliendo las páginas de un libro mientras lo lees, notar el peso en las muñecas, tocar la tinta con la yema de los dedos, soplar cada dos por tres para quitar pelos de la gata... solo que no me gusta leer diez minutos, soy de enganchar un libro y soltarlo tras una o dos horas de lectura (de ahí que no lea tanto últimamente tampoco... muchas interrupciones jiji)</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El caso es que en estos tiempos de crisis me resulta más complicado comprar libros, ya que cada vez son más caros. ¿Bibliotecas? No, soy así de maniática, todo lo que leo me gusta que sea mío, para poder releerlo en el futuro si me apetece. Me encantaría tener una biblioteca como la de la Bestia...</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Total, que me entero de que sale a la venta el nuevo libro de un autor que me encanta. Ya no sólo como novelista, sino como escritor en general. Es una figura que siempre me ha inspirado, y como llevo tiempo queriendo retomar mi carrera de letras he decidido seguirlo por todas las redes posibles (twitter, facebook, blog, trabajos en prensa...). Me refiero a Arturo Perez-Reverte, autor que me conquistó con su obra más famosa "El capitán Alatriste" en una acertada lectura obligatoria en el instituto. Una dulce casualidad. Cuál fue mi sorpresa al enterarme de que publicaba un nuevo libro, y cuál mi ilusión al saber que estaría firmando ejemplares en Madrid. Hasta llegué a mirar billetes de avión para ir a conocerle en persona. Hasta que me pongo a buscar el precio de ésta nueva obra... </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">España es, según tengo entendido, el país en el que más libros se editan y en el que menos se lee. Pero al parecer un escritor profesional si que puede vivir con las ganancias de sus publicaciones, ya que solo el nombre vende el 75% de los ejemplares que salen al mercado. Pero ¿cómo hacerse un nombre? Necesitas dinero para todo, y eso ahora no puedo ponerlo. Interés, ganas, imaginación, profesionalidad, compromiso... todo lo que quieran. Me deprime demasiado ver cuán difícil es conseguir un sueño tan fortuito, que si tienes suerte y tocas las teclas adecuadas se te abrirán todas las puertas, pero si no tienes suerte, como es mi caso en la vida, puedes pasarte años tratando de averiguar cuales son, y al final, incluso puede ser que no las descubras nunca.</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-35336822523586952472013-01-01T14:02:00.003+01:002013-01-01T14:02:41.208+01:00La leyenda del 1 de enero<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cuenta la leyenda que el mes de enero tiene 31 días. Que después del 31 de diciembre pasa al 1 de enero. Que el primer día del año no es el 2. Pero como bien he dicho, es una leyenda.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No importa cuándo, no importa qué, pero desde que tengo uso de razón el día 1 de enero no consta en mi memoria. De Pequeña era un día en el que me pasaba viendo dibujos y comiendo turrón y polvorones hasta que llegaba la hora de dormir otra vez. Un poco más mayor era el poder acostarse tarde el 31 cantando villancicos y viendo los especiales de noche vieja, y al despertarme ya había pasado más de medio día. Ya en mi adolescencia y juventud lo tomaba como una noche de fiesta inmensa hasta llegar a casa tiempo después de haber amanecido y por consiguiente me levantaba alrededor de la hora de merendar, con un cuerpo que sólo deseaba volver a la cama lo antes posible. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ahora soy más mayor. Este año tenía intención de conocer el famoso día 1 de enero y aprovecharlo. Todo era perfecto. El plan era perfecto, la cena era perfecta, la compañía era perfecta, era tan feliz que me parecía imposible que el 2013 pudiera ser un mal año para mí. Pero el monstruo de la agonía vino a comerse las uvas conmigo, entregado como presente de año nuevo por la persona a la que más quiero en el mundo y por la que habría sido capaz de enfrentarme a toda mi vida, como llevaba tiempo haciendo. Media hora antes de la hora clave el control se perdió y las formas no fueron las correctas, de modo que entré en el 2013 con lágrimas en los ojos y tratando de evadirme de cualquier manera. Poco después, el teléfono. Y la primera persona con la que hablo en este nuevo año me hunde de tal forma que no consigo levantar cabeza en toda la noche.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Del 1 de enero de este año solo conozco de momento la cama, y creo que voy a combinarla con el ordenador para que, efectivamente, nunca haya existido.</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-48720610780185730732012-12-15T14:43:00.001+01:002012-12-15T14:43:11.015+01:00Reflexión de una tarde de sábado<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Siento ser egoísta, siento ser infantil, siento ser territorial, siento ser poco comprensiva, siento obcecarme tanto, pero yo soy así. Creo que querer a alguien no significa desear lo mejor para esa persona aunque eso signifique sacrificar tus propios intereses, sino querer que solamente sea feliz contigo, a tu lado, y con nadie más. Toda esa sarta de tonterías que se dicen para tratar de apaciguar el dolor por la pérdida no me las creo. En serio, ¿quién no ha deseado alguna vez que la persona que ama no vuelva a encontrar la felicidad con nadie que no sea uno mismo? Opino que ese sentimiento es el real, y que nos encargamos de taparlo con las típicas ideas altruistas para convencernos de que así nos duele menos. Pero ¿en realidad duele menos?</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No, el amor es algo que hay que pasar y que no hay forma de que se cure antes. Es como la gripe, puedes hacer algo para que te alivie pero siempre será momentáneo. Hasta que no pase todo lo que tenga que pasar no terminará el suplicio. Nos empeñamos en convencernos de que si la otra persona es feliz, nosotros también lo somos. ¡Qué tontería! Yo no me siento más feliz sabiendo que la persona a la que quiero se ríe con otra, camina de la mano de otra, o duerme en brazos de otra, cuando en realidad no dejo de extrañarle y desear que todo eso lo haga conmigo. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No dejo de desearle mal inconscientemente a aquel que desea apartarse de mí, y aunque me arrepiento enseguida por pensar eso, no soy capaz de desearle una vida próspera con alguien que le haga más feliz de lo que le he podido hacer yo. Lo siento, pero es que duele demasiado. Quizá es que me sienta mal el amor.</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-87578948942337262292012-12-10T22:44:00.001+01:002012-12-10T22:44:05.265+01:00La princesa y el erizo<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Erase una vez, una hermosa princesa que vivía en un pequeño castillo situado en una nube justo encima del mar. Era dulce, habladora y romántica, a la vez que un poco perezosa. Tenía orejas de gato y se pasaba el día acariciándose la piel suave y jugando son su esponjosa cola y sus graciosos bigotes. A la princesa le gustaba recibir visitas y mostrar su flamante castillo a todo el reino, pero en momentos de dolor lo que más deseaba era encerrarse sola en aquella nube mientras miraba el mar con melancolía. Su mejor amiga y única compañía era una bolita mullida de pelo que se pasaba el día corriendo tras los cordones y jugando con la princesa.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Un día, un simpático erizo llamó a su puerta, ofreciéndole un juego que despertó su interés, y prometiéndole que si le gustaba podrían seguir jugando cuantas veces quisieran. Ella encontró al pequeño animal adorable y sintió deseos de conocerle más, así que sin apenas pensárselo le dejó entrar en su castillo, arriesgándose a descubrir unas verdaderas oscuras intenciones que temía poder encontrar. Pero no fue así. El erizo resultó ser un ser totalmente maravilloso con el que le gustaba mucho jugar y con el que quería pasar todo el tiempo.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Nuestra romántica amiga no tardó en tratar de abrazar a su nuevo compañero, llevándose numerosos pinchazos debido a la coraza de púas que llevaba el pequeño. Pero ella, testaruda y dispuesta a acercarse aún más al animalito, volvió a intentarlo, ésta vez con más fuerza. El erizo sufría mucho al ver cómo la chica gata se hacía daño cada vez que intentaba acercarse a él, y trató de poner fin a su amistad y a sus juegos de cada día, pero el cariño que sentían el uno por el otro no consiguió mantenerlos separados mucho tiempo. Ambos deseaban seguir pasando cada día juntos, jugando en el castillo con la bolita de pelo, y riendo de todo, así que idearon un plan para poder acercarse sin hacerse daño: se envolvería en una gruesa manta y así la niña podría abrazarle cuantas veces quisiera. Pero no fue así. Tras un día entero de achuchones entre juego y juego, al caer la noche, las púas del erizo ya estaban atravesando la manta, y la princesa notaba que cada vez le dolía más estar cerca de su amigo aunque se negaba a admitirlo. Entonces, la manta se rompió, y la princesa quedó gravemente herida por las púas, mientras que el pequeño animal acabó con algunas de ellas dobladas y rotas. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los dos lloraron mucho esa noche, y los días venideros. Se veían y querían volver a pasar largos y buenos ratos, pero sabían que nunca podrían, pues el erizo no puede librarse de sus afiladas púas y la princesa no puede endurecer su delicada piel. Pero aunque se les negara pasar todos y cada uno de sus días juntos, los amigos siguieron siéndolo en la distancia aún por mucho tiempo más.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">FIN.</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-68555218308283204772012-08-11T13:17:00.000+02:002012-08-11T13:17:14.256+02:00Odisea de un sábado por la mañana<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Desde hace unas semanas ya, vuestra querida amiga Hanako no es capaz de descansar bien. La vida en pareja es agotadora, y más cuando se compagina con una vida diaria muy activa y que conlleva mucho desgaste físico, como es mi caso en este nuevo trabajo. Todos los días me harto de correr por las mañanas, y desde que mi niño está conmigo no duermo apenas siestas. Así llega un viernes en el que por fin puedo pasarme la tarde durmiendo y descansando, con el ventilador pegado a mi cama y soñando con dulces angelitos. Hacía tanto tiempo que no podía pegarme una siesta de esas...</span><div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Al llegar la noche, y con ella mi niño, como siempre me pasa, no tenía sueño, por lo que tardé en conciliarlo y poder dormir. Así ha sido que esta mañana de nuevo me haya costado levantarme de la cama... u.u aún a sabiendas de todas las cosas que tenía que hacer hoy. Ha sido una de esas mañanas que cuando al fin decides abrir los ojos, piensas en todo lo que te espera a lo largo del día, y acto seguido te enganchas al móvil para no levantarte de la cama. Todo tipo de redes sociales, whatsapp (comunmente conocido como "wasap"), y tras eso un capítulo de anime con la excusa de que tengo que desayunar algo, y al fin, después de todo, (casi a las 12 ya), decido salir a comprar al mercadona. Le tengo cerca de casa, pero como tenía que traer cosas pesadas decidí llevarme el coche y así de paso lo limpiaba un poco en la gasolinera de al lado.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ha sido pasar las puertas de cristal del supermercado, y desear quedarme allí hasta que cerraran por la noche. Vueltas inútiles, pasar varias veces por el mismo pasillo, y fingir que decidía entre si llevarme o no alguna cosa que me parara a mirar, y he recuperado fuerzas para salir a la calle de nuevo. Aunque más que recuperar fuerzas ha sido más bien que ya no me acordaba del bochorzano que me esperaba fuera...</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No pasaba nada, aún me quedaba ir a lavar el coche. Diviso al fondo los boxes de lavado, me introduzco con mi flamante pero lleno de mierda vehículo, lo vuelvo a colocar unas dos veces porque no atinaba a dejarlo centrado en el sitio, y me pongo a investigar la máquina. La pistola de agua tenía gatillo, lo cual me encanta porque como soy medio inútil con esas mangueras a presión así puedo decidir cuando tiro agua y cuando no. Cuatro opciones distintas por las que ir pasando, que se traducen en cuatro vueltas al coche pistola en mano. ¡Qué bonito y brillante mi flamante vehículo negro todo mojado! Y ahora, a aspirarlo... aunque desde el box de lavado no se veía la aspiradora y tenía un coche esperando para entrar donde yo iba a salir, me obligaban a salir directamente de la gasolinera y no me daba juergo para nada más. Así que me dije que ya lo aspiraría más adelante.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Llego al fin a mi casa, aparco el coche en una sombra de estas que hay pocas en mi calle y que están todas omega lejos de mi bloque, y me preparo para coger la compra del asiento de atrás. Me estoy quejando en voz alta de que tras dos euros de agua y jabón a presión, cera caliente y agua osmosinoseque que hacía que se secara sin huellas, las marcas de los goterones de barro que llueven en esta isla no se habían quitado, cuando un coche pasa a mi lado. El hombre que conducía, con aspecto de gay pijo, baja la ventanilla del copiloto, la que estaba más acercada a mí, y me llama la atención. Lo primero que me dice es que me ha visto lavando el coche en la gasolinera. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>"Oh mierda, algo se me ha olvidado en la gasolinera, o algo he hecho mal, o ya verás tú lo que me dice ahora éste hombre."</i></span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Nada más lejos de la realidad. Continúa diciendo que llevo el tatuaje más bonito que ha visto nunca. Los que me conocen lo han visto, llevo en el muslo izquierdo un tribal que hace las veces de liga, atado atrás con un lazo que lleva una llave antigua, y coronado alante con una clave de sol. El señor del coche caro me dijo que era muy sugerente y que le había gustado mucho, y su tono denotaba un anonadamiento bastante grande, mientras yo reía nerviosa y no paraba de darle las gracias por el cumplido. Se me presenta, me dice que vive en el barrio, y ahí acaba todo. Mientras cojo la compra con una sonrisa triunfal en la cara y un ego renovado, voy canturreando hacia mi casa lo que me acaba de pasar, cuando veo volver el coche del señor caro, digo... el señor del coche caro, que había dado la vuelta y se marchaba. ¿Habría ido hasta allí sólo para decirme lo del tatuaje? ¿Qué intenciones tenía? ¿Qué le había llevado a actuar así? Estas son las inexplicables cosas que ocurren día tras día en el mundo de Hanako.</span></div>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-1704931657519872772012-06-15T18:40:00.003+02:002012-06-17T00:29:44.854+02:00No te salgas del camino<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Aquella tarde de verano, corría el año... el año... corría el siglo XVIII. El agobiante calor estaba muy latente en toda la isla de Mallorca, pero aún así, mi amiga francesa y yo decidimos obviar la playa y hacer turismo por este maravilloso siglo en el que primaba más la humedad que la alta temperatura: La Granja de Esporles.</span><div>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">De estilo arquitectónico desconocido para mí y con detalles decorativos que no están dentro de mis conocimientos sobre esta materia, debo decir que me encantó soberanamente todo lo que vi dentro de aquel caserón antiguo conservado casi intacto desde hace cientos de años. Los muebles, la ropa, los juguetes... todo era auténtico, ¡y la mayoría de las cosas daban hasta miedo! A medida que la tarde iba avanzando, la francesa y yo nos hinchábamos a hacer fotos de aquel lugar tan llamativo, siempre llevando cada una su propio ritmo y perdiéndonos de vista la una a la otra constantemente. Pero no había problema puesto que la ruta estaba muy bien marcada de forma sencilla: con flechas y números. Las flechas para la dirección y los números para el orden. Fácil, ¿no? Bueno, pues aún así al salir de la casa por una de las puertas hacia los jardines, cada una tiró hacia un lado y tardamos como unos veinte minutos en encontrarnos.</span></div>
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Entre risas nos contamos lo que habíamos visto, y a ambas nos llamó más la atención la ruta que había seguido mi amiga, que llevaba a un paseo entre la flora autóctona con posible encuentro con animales sueltos. Una ruta sencilla de poco más de un kilómetro en el que lo único que teníamos que hacer era seguir el camino. Un mirador en lo más alto nos convenció de que aquello que íbamos pisando era la senda que debíamos seguir, y que en realidad no nos habíamos confundido como pensamos cuando vimos una perfectamente definida detrás de una valla que rodeaba el recinto por el que andábamos. Trepamos por algunos escalones infernales, nos resbalamos con la hojarasca seca entremezclada con la tierra suelta del suelo, y pateamos por donde nosotras suponíamos que debía ser. Hasta que nos encontramos con unos compañeros de viaje un tanto... peculiares.</span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhhTNpXCBz1cLLNbLCh7tzUvrVfsDOXrCoqbRsjatAb6QyIxB47VLTFkKo7f01oCQNq50c0Go0R5Qde8DDGfBIJr8zTzsQrl8XkgHHcoxyUjTkKJDMuBJ_PnsY6hRjK5XUbu7UbXinuPAa/s1600/P1020610.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhhTNpXCBz1cLLNbLCh7tzUvrVfsDOXrCoqbRsjatAb6QyIxB47VLTFkKo7f01oCQNq50c0Go0R5Qde8DDGfBIJr8zTzsQrl8XkgHHcoxyUjTkKJDMuBJ_PnsY6hRjK5XUbu7UbXinuPAa/s320/P1020610.JPG" width="240" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¡Animales sueltos! Claro, se referían a éstos.... ¿Seguro? ¿Seguro que vamos bien por aquí? ¿Seguro que podemos estar aquí dentro? ¿Seguro que lo que veníamos pisando era un camino? De repente la senda se terminó en una verja que atravesaba nuestro "camino" unos metros más abajo de los simpáticos burritos que venían de uno en uno a saludarnos. Así que con la duda subida en nuestras espaldas y los pies llenos de ramitas incómodas, caminamos arriba y abajo por todas las zonas del sendero que creímos que nos podrían llevar al <i>buen camino, </i>o al menos a alguien que pudiera indicarnos cómo salir de aquel sitio. Caminamos cerca del vallado buscando una apertura, una puerta, un cartel, una salida o algo. Conseguimos ver bajo nosotras los pequeños cercados de animales que se exponían por todo lo largo y ancho de los jardines de La Granja, sin saber cómo llegar hasta el otro lado de ellos. Nos aventuramos por lugares por los que no deberíamos haber ido, pero por los que pasaba algo parecido a la senda que veníamos siguiendo. Y cuando al fin vimos algo nítido por lo que caminar, nos dimos cuenta de que estábamos volviendo sobre nuestros pasos. <i>From lost to the river! </i>(de perdidos al río) Volvimos por donde nuestra aventura había comenzado, que al menos sabíamos que una puerta había, ya que nosotras entramos por ella tiempo atrás. </span></div>
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Una vez fuera buscamos como locas dónde se encontraba la salida de aquel laberinto del fauno. Para nuestra sorpresa, aquella valla que vimos atravesada en el camino detrás de los animalejos simpáticos, era una puerta cerrada mediante un sistema de pesos y poleas rústicos que te cagas, que daba fin al recorrido campestre de quien tuviera la idea de empujar levemente.</span></div>
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Tras el disgusto de habernos perdido en una ruta tan sencilla, nos desquitamos haciendo fotos artísticas y/o divertidas en los preciosos jardines que coronaban la visita, y aún mirándolas y pensando en las siguientes, un operario del lugar nos llamó la atención diciendo que ya habían cerrado las puertas del complejo hacía un rato. La francesa y yo nos miramos, y tras preguntar si tenían algún inconveniente en dejarnos salir, corrimos hacia mi coche, que nos esperaba solitario en el parking, para terminar nuestra aventura, como siempre, entre risas.</span></div>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-4943278701017704472012-06-01T22:15:00.003+02:002012-06-01T22:15:49.948+02:00La aventura del violín<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Todo comenzó el fatídico día en que mi profesora de música en la E.G.B. nos enseñó los distintos instrumentos y nos puso piezas de cada uno de ellos. Viento, cuerda, percusión... todos sonaban a gloria, y todos eran magníficas opciones para estudiarlos y tocarlos. Pero hubo uno que sobresalió de entre los demás: el violín. Parecía tan frágil, tan completo, tan perfecto... y tan difícil que nunca tuve la confianza necesaria como para decidirme a intentarlo. El instrumento del diablo lo llaman, pues se dice que para poder tocarlo como es debido has de hacer un pacto con el diablo.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Mi vida fue pasando y el sonido del violín siempre fue un tabú para mí, puesto que me recordaba mi falta de confianza y de medios para atreverme a entrar en el mundo de la pequeña cuerda frotada. Por el camino me hice amiga íntima del piano, admití la percusión como forma de vida y conocí el dulce sabor del clarinete. El clarinete... un sonido que llena mis oídos y me transmite una sensación de paz inigualable. En esto que en una subida de noseque sustancia química producida por mi cuerpo en determinada situación, me dio por decir: voy a comprarme un instrumento y a aprender a tocarlo desde cero y como es debido, pero ¿cuál?</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Dos encabezaban las listas, el clarinete y el violín. Ambos complejos, deliciosos, y caros... muy caros. Indagué un poco en la meca del conocimiento, internet, y descubrí que podía costearme un violín y sus clases, así que me ilusioné con éste instrumento, y decidí empezar a cumplir ese pequeño sueño. (No tiene nada que ver con mi actual fanatismo por Sherlock Holmes tras ver la serie de la BBC...) Hice un par de llamadas y conocí a una profesora de mi edad que me podría ayudar a encontrar un instrumento en condiciones, barato, y encima le hacía ilusión darme clase. Así que concerté una cita con ella una vez hubiese cobrado para hablar sobre todo el tema, y si me venía bien, llevarme ya a un pequeño de segunda mano a casa.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Los días se sucedían alternando el trabajo con las horas en que luchaba por descansar, acumulando tensión y cansancio en mi ya de por sí cansado cuerpecito, hasta el punto que tras doce días sin descanso, y pudiendo comprobar el éxito (y el fracaso en algún caso) de esa batalla contra el tiempo, llegó un viernes que parecía que llevaba tiempo jugando al escondite conmigo. Al medio día llegué a mi humilde y desbaratada habitación, me puse cómoda y me tumbé en la cama, sin apenas recordar nada más hasta las cuatro de la tarde, hora en que la llamada telefónica de mi futura profesora de violín me hizo volver al mundo. Habíamos quedado en un sitio que no conocía, a donde no sabía llegar, y en el que no sabía cómo lo tendría para aparcar. Así que decidida a encontrar la solución más fácil me dije a mi misma de ir con la moto, esa pequeña avispa que tanta vida me ha dado desde que la tengo hace ahora dos años.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Debí pensar en que no era el día en el momento en que arranqué la moto y me di cuenta de que le costaba mantenerse encendida. "Es la gasolina" dije yo. "Ahora le doy un poco de comer y listo." Me acerqué a una gasolinera, dejando a mi compañero de en la banda de aquí de Palma esperándome para conducirme hacia el punto de reunión con mi profesora, y cuando empezaba a hacer mi entrada en el recinto en que llenaría el depósito de mi transporte, éste se apagó sin darme tiempo ni a quitarle la marcha que llevaba puesta. ¿Por qué? Tenía suficiente combustible para llegar, algo debí hacer mal con el embrague... Lleno el depósito, voy a arrancar y... ¡Sorpresa! Ahora se niega a funcionar. No conseguía quitarle la marcha que se había quedado metida. Por más de pisaba el pedal de cambio no conseguía meterle el punto muerto, y si no está en punto muerto, no arranca. Tardé aún unos minutos en conseguir que la moto me tomara en serio y se dejara arrancar, y todo esto con prisas pues ya llegaba tarde a mi cita con la profesora y tenía a mi compañero esperándome.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Empecé a seguir su coche entre las calles desconocidas de mi nueva ciudad, pasando por rotondas y por cruces en los que los demás coches se metían y se cruzaban con rapidez y sin pensarlo dos veces. Casi me caigo un par de veces al esquivar algún que otro bache descompensado para que las finas ruedas de mi avispa no se desestabilizaran. Y en esto, que entro en una rotonda un poco más retrasada de mi compañero por ese mismo motivo, pero intentando alcanzarle y a la vez evitar que me atropellara un bus urbano que parecía venir huyendo de un apocalipsis zombie, cuando al levantar la vista del retrovisor en el que estaba controlando a los demás coches de la rotonda, incluido el bus, me encuentro con que mi compañero ha tenido que dar un frenazo para no llevarse por delante a una señora que cruzaba un paso de peatones a la salida de esa misma rotonda, con tan mala suerte que mis frenos no eran tan buenos como los de su coche. Fue un segundo solamente, pero la verdad es que lo recuerdo como una eternidad. Mis ruedas patinando, el coche de delante totalmente parado, el de atrás cada vez más pegado a mi, el golpe seco de mi rueda con el parachoques de mi compañero, el crack del plástico de alante de mi moto, la rueda de atrás alzada en el aire, mis brazos firmes en el manillar y mis piernas preparadas para saltar en el momento en que la moto volviera a tocar el suelo. Con suerte no me pasó nada, ni a mi ni a mi moto. Pero mi compañero me dijo que a la vuelta perdió el parachoques por el camino...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Como si no hubiese pasado nada, y con un trozo de mi moto en el bolso, llegué más de una hora tarde a mi cita con la profesora, y con pánico a volver a comerme algún coche por el camino. No tuve más sustos ni percances, gracias a Yevon, y acabé volviendo a mi humilde morada con un precioso violín en la espalda, atado a mi cuerpo con pulpos por lo que pudiera pasar. Ahora sólo me falta ponerle nombre, cosa que no creo que me conlleve ningún problema pues me pasaré el próximo mes mirándolo día si y día también, ya que no creo que pueda pagar clases de momento. Debido a éste gasto extra éste mes tendré que quitarme de los típicos vicios triviales como comer y beber agua embotellada, pero lo haré con gusto mientras me alimento de la ilusión de mi nuevo violín, y lo que me costó conseguirlo T-T</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2M65toCS3sax6A4ni54I5Azw4z5hwzoB9Il0ihC5K98LHelXpnTq0Bu-5aTl9cEUJg5Zdj6spDTkj2v6vvc74pc1S3XhzY6LkYcBw5v8_CFXivCorEddaHtH2RZUvCTmEa6Qlft4gJIa0/s1600/20120601_203333.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2M65toCS3sax6A4ni54I5Azw4z5hwzoB9Il0ihC5K98LHelXpnTq0Bu-5aTl9cEUJg5Zdj6spDTkj2v6vvc74pc1S3XhzY6LkYcBw5v8_CFXivCorEddaHtH2RZUvCTmEa6Qlft4gJIa0/s320/20120601_203333.jpg" width="320" /></a><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> </span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-35107465939249601432012-05-22T22:19:00.002+02:002012-05-22T22:19:25.475+02:00El sueño de Morfeo<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Amanecía un día como otro cualquiera en mi nuevo destino en Palma de Mallorca. Los días van pasando y el trabajo cada vez es más estresante, pero consigo llevarlo con serenidad, paciencia, y gritando mucho a mis subordinados. Vuelvo a dedicarme a la música, por lo que trabajar es casi un descanso para mí. La diferencia es que aquí me exigen mucho esfuerzo físico. Por eso, aquella mañana como otra cualquiera que acaba de amanecer en el inicio de la entrada, fue la precursora de un día bastante complicado que comenzó una hora más temprano que de costumbre.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Durante toda la noche el viento no me había dejado dormir bien. Las contraventanas típicas mallorquinas no paraban de dar golpes en las paredes, sin nada que las pudiera sujetar ni abiertas ni cerradas. Si no eran silbidos fantasmagóricos eran golpes de viento que arrastraba cualquier cosa de la calle lo que me hacía mantenerme despierta y acurrucada en un rincón de mi cama. Calculo que dormí apenas dos horas en toda la noche. A las seis y media de la mañana tocó levantarse. La verdad es que eché en falta unas piedras que llevarme al bolsillo para no salir volando una vez fuera. Pero no hizo falta, pues el viento remitió a media mañana, dejando un sol de justicia y haciéndonos a todos pasar a la uniformidad de verano durante unas horas.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Tras toda una jornada con apenas un descanso para almorzar, y mucho ensayo musical, se acercaba la hora de comer. Ya era más de medio día cuando una cruda noticia se hizo presente en el ambiente: nos tocaría hacer gimnasia al final a última hora. A toda prisa nos preparamos para lo que nos pudiera venir, nos pusimos la ropa de deporte y esperamos a ver qué haríamos. Nada más y nada menos que ejercicios sin descanso, separados entre sí por pequeñas pausas para correr, y dejando entre cada serie un tiempo de relax en el que nos dedicamos a seguir corriendo. Una hora y media después caminábamos hacia las duchas agotados. Me metí entre pecho y espalda unos bollitos con leche y cuando mis ojos se cerraban y mi cerebro empezaba a desconectar decidí dormir.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Las contraventanas seguían cerradas para evitar los golpes producidos por el viento, dándole a la habitación un estado de aislamiento del mundo que evocaba al descanso de mi dolorido cuerpo. Puse música en el ordenador, apagué la conexión de datos del móvil para que el servicio de mensajería instantánea conocida como "wasap" no me molestara, y me dejé caer en brazos de Morfeo.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La puerta sonó tres veces. Mi primera reacción fue mirar el reloj. 7:15. Salté de la cama como una energúmena gritando "¡me he dormido!". Abro la puerta y encuentro a un chico preguntando por el dragón, que ya no vive conmigo. Le mando a su cuarto gritando mientras daba vueltas de un lado a otro por el baño y mi habitación "mierda, mierda, ¡me he quedado dormida! Llego tarde. ¿A qué hora tenía que estar? ¿A que hora salía el bus para ir a ensayar? ¿Tendré que ir ahora yo sola? ¿Me habrán esperado?" cuando mi cabeza pareció empezar a lucir un poco y me dí cuenta de que eran las siete y cuarto de la tarde, no de la mañana. Noté cómo mi corazón dejó de latir un segundo, y veinte minutos más tarde aún no se había repuesto de la taquicardia.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Conclusión: debo comprarme un reloj que marque las 24 horas, no solo 12 ¬¬</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Conclusión 2: Morfeo no vuelve a estar invitado a pasar una siesta en el Mundo de Hanako.</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-56807588375072695992012-04-22T20:37:00.000+02:002012-04-22T20:38:50.661+02:00Las crónicas de las duchas<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Erase una vez, una pequeña joven... (de pequeña nada, la joven era yo) que llegó a vivir a una residencia de pladur en la que todo era una chapuza y se sostenía con palillos, pero aún así llegó con ilusión. A primera vista, el edificio me pareció imponente. Una vez dentro me pareció más bien inhóspito. Mi</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> habitación era grande y luminosa (cuando encendía todas las luces) y estaba totalmente equipada con los muebles de primera necesidad. El mayor problema que tenía ese cuarto compartido, era un terrible dragón que vivía en la cama de enfrente. Tenía aterrorizado a todo el castillo... a todo el cuarto, y a parte del resto de la residencia. Con su aspecto malicioso y su carácter dominante, se había hecho la dueña y señora de todo lo que tuviera que ver con aquellos alojamientos. Acostumbraba a dormir varias horas por la tarde, y cuando estaba despierta solía entretenerse viendo telenovelas en la televisión. A veces, incluso se la puede escuchar marcando su territorio con unos estridentes aullidos que podrían dejar sordo a cualquiera, mientras, a ritmo de bachata, se mueve de un lado a otro en ropa interior.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Había un cuartito al lado del que yo utilizaba para dormir, en el que reposaba un triste frigorífico, un microhondas y un fregadero pequeño (y ahora búscate la vida para cenar todas las noches aquí). Pero sin duda, el cuarto que más ha dado y dará que hablar, será el cuarto de baño. Desde el primer día lo recuerdo con un enorme charco por todo el suelo, cosa que no me cuadraba porque las duchas estaban en un escalón más alzadas... hasta hoy. Cómo en la residencia no tenemos lavadora, pensé que sería agua que escurría de la ropa que las chicas lavaban a mano (¡Qué inocente!) pero me equivocaba. Disponíamos de cuatro lavabos grandotes sobre una pila de mármol delante de un enorme espejo que ocupaba toda la pared (genial para mujeres), tres duchas y tres váteres, todos individuales con sus puertitas y paredes de plástico amarillas, tales como las de los centros comerciales. El tema de elegir un váter que frecuentar y en el que sentarse no fue tan difícil, puesto que todos parecían más o menos iguales. Pero el tema de las duchas era harina de otro costal. Entré un par de veces en cada una comparándolas, pero me seguían pareciendo todas poco atractivas lo menos. Dos de ellas lucían un hermoso tapón natural en el sumidero, y la tercera tenía mal aspecto el mando del grifo, aunque al menos no estaba llena de pelos. Me decanté por esa. Dejé mi toalla en el colgador que había a la izquierda de la puerta (sin darme cuenta de que ésta se abría hacia la derecha) y me dispuse a ducharme. Enseguida entendí por qué no se utilizaba. La alcachofa apuntaba el agua hacia donde le daba la gana. Es más, por el centro no repartía, así que si la colgaba de la pared había un punto en el que podía permanecer totalmente seca entre los chorros que empapaban las paredes y se disparaban hacia fuera del recinto. Terminé mi ducha como pude y traté de secarme... abrí la puerta buscando mi toalla y estaba al otro lado, así que tuve que salir entera de allí para poder secarme (contraproducente nivel 10).</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Mi siguiente ducha fue hoy. Quise probar otra para ver si tenía más suerte. Ya que las demás tenían claros signos de ser utilizadas a diario, entré en la que me pareció más limpia. En ésta, la alcachofa estaba bien y salía el agua genial. Contenta por mi hallazgo, voy a colocar la ducha en la pared... cuando veo que el colgador es de una alcachofa diferente (T_T). Me las ingenio como puedo para seguir con mi ducha colgada de mala manera, ya que podía acostumbrarme. Aunque no era eso todo lo que me deparaba la ducha de hoy. Al agacharme para coger el champú pude contemplar con asombro (y preocupación) que el sumidero no tragaba absolutamente nada. El agua había llenado el plato de ducha y ahora rebosaba por todos lados. Un barquito navegaba por aquellas turbulentas aguas blanquecinas que caían por el escalón de las duchas al suelo del baño, y por mucho que hiciera para intentar achicarlas de allí mis esfuerzos eran inútiles. Dando por perdida la batalla, terminé mi ducha y me fui dejando aquel cuarto empantanado. Aún no he vuelto para ver los resultados, pero ya me da bastante miedo cuando me tenga que volver a duchar...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En fin, ya os iré contando las vivencias de ésta loca en la residencia de playmobil, que no tiene nada que ver con el Mundo de Hanako.</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-81490455785302243572012-03-13T01:20:00.001+01:002012-03-13T01:21:13.318+01:00Crónicas de S.T.A.R.S.<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La otra noche, me hallaba yo como de costumbre navegando por mis redes sociales, cuando leí en Twitter algo que trastornaría mi mundo el restante fin de semana.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Mi hermano y yo sabíamos lo que se nos venía encima. Muchas otras veces nos había pasado, y ambos estábamos deseándolo. Nos hicimos sendos cola caos, nos pusimos cómodos, y nos adentramos en las mismísimas entrañas de la llanura Arklay. ¡Aquello era terrorífico! Esa introducción, esos efectos especiales de cartón-piedra, esas sobre actuaciones de los personajes de carne y hueso... total, que salimos corriendo y escapamos de los perros metiéndonos en aquella enorme mansión. Para empezar perdemos a uno, y me toca ir a investigar la mansión ¡armada con un miserable cuchillo! Bueno, sin pegas, sólo es una vuelta de reconocimiento y vuelvo a la entrada. Cuando llego a un pasillo en el que me encuentro con un pedazo de zombie deborando a uno de mis compañeros... ¿qué hago? Fácil, me hago el héroe y acaba dándome 2 mordiscos que me quitan la mitad de la vida antes de salir del pasillo v_vU (primer zombie y yo en "caution"). Y para colmo resulta que cuando llego al hall donde he dejado a mis otros dos compañeros de equipo, ¡se han largado sin mí! Ale, ponte a dar vueltas como un tonto por una mansión llena de monstruos come humanos vivos...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En mis idas y venidas por el enorme caserón, debo decir que me encontré con numerosos obstáculos: puzzles, enemigos sanguinarios, paredes... menos mal que tenía unos botes maravillosos de Reflex, que cada vez que me iba a morir, me echaba uno de esos por encima y ya estaba como nuevo. Es milagroso, ya lo dicen los anuncios. Y bueno, dado que yo soy de letras, mis números no son demasiado buenos, y acabé contabilizando los "Hunters" que mataría con X balas (Hunter: criatura medio rana medio gorila, desprovisto de piel o pelo y con afiladas y largas garras, que gusta de dar saltos e ir por ahí separando cabezas de los troncos. Se necesitan de 2 a 3 cartuchos de escopeta para matarlos, o bien 2 balas Magnum de la Colt Python). Bien, pues según mis cuentas, si tengo 16 balas de magnum, ¡puedo matar a 38 Hunters! Solucionado. Con cuentas así sobrevivo a lo que quiero. Con eso, y acordándome de llevar cura antes de ir a matar a un boss...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Es eso, luego cuando consigues una llave que hace tiempo buscabas, y te pasas media hora delante del baúl cogiéndolo todo para ir a esa habitación importante que ya deseas quitarte de en medio, que sabes perfectamente lo que vas a tener que hacer y lo que te vas a encontrar, y ya cuanto estas todo preparado y te recorres el mapa de punta a punta, llegas a la puerta de la susodicha habitación, y ves que se te ha olvidado la llave en el baúl... u.u</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Y después de ir ahorrando munición, cura y cintas de tinta todo el tiempo, jugándotela esquivando zombies y otros bichos peores, todo para tener un buen arsenal para cuando llegue la hora de enfrentarte contra el temido Tyrant, sin querer entras en una habitación en la que empieza una secuencia de vídeo que no puedes parar y que te lleva directamente delante de las narices del bicho, con una beretta de 9mm y unas 80 balas. ¡Genial! ¿y ahora qué? Pues a darle vueltas al laboratorio disparando de vez en cuando con la pistolita, y cuán es mi sorpresa al ver que al terminar el primer cargador de 15 balas, el enorme villano antropomórfico cae desplomado al suelo. "Mírame, soy el Tyrant, me matan con pistola".</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Tras siete largas horas de mal traducir textos en inglés y de ver vídeos con doblajes extremádamente sórdidos, un lanzacohetes es lanzado desde un helicóptero en mi cabeza para que acabe del todo con esa abominable criatura que se atrevieron a llamar Tyrant-002. Le disparo uno de sus gigantescos proyectiles, y tras ver la escena de cómo explota el pepino antes de llegar al objetivo, y una bola de fuego rodea un montón de cenizas con trozos grandes oscuros que ahora hay donde dos segundos antes estaba mi enemigo, ya no quiero ver más nada. Ni efectos especiales de última generación, ni 3D, ni gráficos más altos que los que tiene la vida real... NADA. Me quedo con eso, y con la cutre explosión de la mansión Spencer en la llanura Arklay, mientras huimos en el helicóptero hacia un nuevo día...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Y ésto, queridos amigos, ésto es mi punto de partida, mi génesis, mi inspiración. El primer Resident Evil para PlayStation, el original, el inicio de mi descenso a la locura no-muerta que desde hace 15 años lleva incandescente en mi corazón, mi cabeza, y desde hace unos 6, en el tatuaje de mi pie. Éste es el Lado Oscuro de Hanako...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8310073557881861664.post-82630837094125532922012-02-14T23:17:00.001+01:002012-02-14T23:17:15.717+01:00No vayas al veterinario con ropa de limpiar...<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">14 de febrero, fecha clave para muchas personas por distintos motivos: es el día después del 13, San Valentín, y el día en que conocí al futuro padre de mis hijos.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El día comenzaba con una poco esperanzadora racha de limpieza. Como desde hace unas semanas, me da por enfundarme un chandal viejo, unas deportivas zarriosas, una camiseta XXL a modo de delantal, y con el pelo mal atado en un completamente zarrapastroso moño sin sentido, me pongo a hacer limpieza general muy a mi ritmo, con mi música de fondo y parando de vez en cuando para recargar pilas viendo anime o navegando por mis redes sociales. Aunque me pase las horas limpiando he adquirido mucha sabiduría que transmitir a las futuras generaciones, como que cuando una freidora lleva más de un año sin limpiarse, la única forma de tener una freidora limpia es tirarla y comprarse una nueva, o como que lo mejor que quita la grasa reseca de ella no es ni el Fairy, ni el Cillit Bang, ni el quita grasas de El Bosque Verde, sino un cuchillo de pescado. Pasé muchas horas con esa freidora..... sí. Y en el momento en que creí tenerlo todo bajo control, me dí la vuelta, miré la resistencia.... y le vi una nueva utilidad al cuchillo de pescado v_v</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Aunque parezca que todo está limpio, en el curso avanzado de Madre que he hecho hace bien poco te enseñan a encontrar suciedad en cualquier sitio, y quehaceres interminables en una casa. Así que llevo días limpiando poco a poco mi actual vivienda, y muy contenta de ver los resultados. Pero hoy.... hoy no era el día. </span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Me levanté tarde y me puse a hacer mis tareas, como siempre, con mis harapos limpiantiles y mis pelos de loca. Pero estaba predestinado a ser un día especial, el 14 de febrero de 2012. Ya a última hora de la tarde mi padre y yo fuimos a llevar a mi ración de emergencia.... digo, a mi gata Kaoya, al veterinario para ponerle la última vacuna que le faltaba. Ni siquiera se me ocurrió cambiarme de ropa, pues solo iba a pincharla, a comprar, y vuelta a casa, nada importante. Cuando de repente entro en la clínica embutida dentro de mi abrigo todo terreno color blanco sucio (bueno, en realidad se supone que es blanco, el sucio se lo he añadido yo con el tiempo), con el transportín de mi gata en la mano y con mi mochila-bolso llena de chapas entre las que se pueden leer cosas tales como "soy friki y no he matado a nadie... aún", "I love yaoi" o "THE GAME", y me recibe un chico tremendamente guapo, de ojos claros, pelo largo y sonrisa encantadora. Me enamoré de él al instante, obviamente. ¡Era el veterinario más guapo del mundo! O por lo menos de los que yo he conocido hasta hoy. ¡Y me pidió el teléfono! Aunque era para hacer la ficha de Kaoya, pero bueno. Como madre hipocondríaca, empecé a decirle supuestas cosas que le podían pasar a mi pobre gata-cobaya y que pudieran alargar la visita. Mil preguntas pasaron por mi mente antes de irme, aunque ya conociera la respuesta a novecientas de ellas. Y antes de irme me dio una tarjeta con los dos teléfonos en los que le podría encontrar, "por si necesitaba cualquier cosa" (palabras textuales). Antes de salir de allí ya se me habían ocurrido varias cosas por las que llamar...</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">De pronto el día de San Valentín había adquirido algún sentido positivo para mí por primera vez en mi vida, acababa de conocer a mi futuro marido. Hasta que paseando por los pasillos del Mercadona mi manía persecutoria con los espejos me hizo fijarme en las pintas con las que me había visto aquel pivón.... tierra trágame, conozco a un muchacho genial, ¡Y YO CON ESTOS PELOS! TT_TT</span>Hanakohttp://www.blogger.com/profile/05167238555662628018noreply@blogger.com2