4 ago 2011

La maldición de los ojos azules

En toda buena película de terror japones hay varios factores importantes para que el resultado sea un miedo psicológico que nos haga seguir pensando en esas escenas durante días. ¿Qué es lo que tiene la vida diaria para causar ese mismo efecto, y conseguir que nos pasemos las horas muertas pensando en algo acontecido en algún momento nada especial? ¿Es algo que buscamos? ¿Es algo que no esperamos pero encontramos con ilusión? ¿Algo que nos sorprende? ¿Algo que necesitamos? 
Lo que está claro es que dependiendo de nuestro estado de ánimo, y por supuesto, de nuestra visión personal de nuestro mundo (de lo que trata este blog), necesitaremos unas u otras cosas para darle ese pequeño toque de sabor a la vida. Llevo un par de semanas navegando sin rumbo en un mar rojo en el que me encuentro perdida y hallada, incomoda y reconfortada, importante y banal. El único punto de referencia siempre han sido esos dos faros azules, que no siempre me ayudaban a encontrar el camino, sino que me guiaban para perder la cabeza. Sin saber qué hacer, qué pensar o qué debía decir, mi cuerpo se conecta a masa y actúa por inercia. ¿Y qué es lo que busca principalmente? Llamar la atención. Es el mayor de mis problemas cuando mi mente no controla al 100% las reacciones de mi cuerpo.
Si deseas algo con mucha fuerza puedes conseguirlo. Los sueños pueden hacerse realidad con suficientes ganas. Me pasé tanto tiempo soñando con ese momento, con que llegara, que cuando apareció ante mí me obnubilé de tal forma que no reaccioné bien. No recuerdo muchos detalles, tan sólo la sensación de estar reviviendo el sueño que rondaba por mi cabeza, pero en mis propias carnes. Claro que lo sentí, claro que lo viví, claro que aún se me estremece el cuerpo al pensar en ese momento en que fui dueña del mundo, en que lo conseguí todo. Y ahora ese recuerdo es uno de los más dulces que tendré rondándome por los labios durante mucho tiempo. 
No puedes forzar un sueño a que se cumpla. No puedes buscarlo. Tiene que venir, y estar igual de dispuesto a realizarse que tu a seguir soñando una vez que termine. Pues la vida son los sueños, y los sueños sueños son. Bienvenidos a los sueños de Hanako ;)

1 comentario:

  1. Me ha gustado, ojalá fuera verdad eso de que todos los sueños se hacen realidad.... Por cierto, muy buen trabajo con los sinónimos ;) Riu

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