1 ago 2018

Noche en la mansión Spencer

Reto 2: la peor noche de tu vida, contada de final a principio.

Antes de empezar, tengo que comentar que soy una persona bastante optimista y mis vivencias negativas suelo verlas desde un punto de vista positivo siempre que puedo, por lo que no recuerdo ahora mismo ninguna noche nefasta que merezca la pe a aparecer como "mi peor noche". Seguro que he tenido algunas realmente malas, pero mi mente las ha borrado. Así que he decidido contar la peor noche de "mi vida". Es una historia real, que he vivido yo, pero... No en carne y hueso jeje. Espero que os guste igualmente.

Estaba agotada. La tranquilidad que se respiraba en el helicoptero era adictiva, después de aquella noche. A lo lejos dejamos atrás aquella mansión, ahora totalmente destruida y en llamas. El sistema de autodestrucción que había activado Wesker, nuestro querido y traidor capitán, se había encargado de reducirla a escombros, y casi con nosotros dentro. Menos mal que Brad apareció con este magnífico medio de transporte justo a tiempo, cuando ya se nos acababa la munición. Nos estábamos enfrentando a esa enorme criatura, el Tyrant, que Wesker había mandado para liquidarnos.
Capullo...
Cuando le había soltado en el laboratorio un rato antes, creía que me iba a dar un ataque. Jamás había visto algo así, y a pesar de todo lo que había visto esa noche, me impactó muchísimo. Logré reducirlo, pero a qué precio...e hubiese venido bien el arma que llevaba Barry hacía un momento, mientras me apuntaba a la cabeza en la puerta del laboratorio. No puedo culparle, Wesker le había amenazado con matar a su familia si no colaboraba con él, y quien lo pagamos fuimos Chris y yo.
Chris... Cómo le echaba de menos mientras limpiaba de monstruos los laboratorios subterráneos... Si al menos hubiese podido ayudarme, seguro que habría tardado menos en encontrar todos los emblemas y mierdas que me hicieron falta para acceder al jardín, y de ahí a los laboratorios. Fue una locura, esas zonas estaban infestadas de criaturas mutantes. Parece que los zombies "normales" se habían quedado en la casa, y que el resto de experimentos de Umbrella pululaban por la zona B de la mansion Spencer.
Casi me sentí aliviada al salir de ella. Pensaba que, después de haberme cruzado con tipos en descomposición acercándose hacia mí con la quijada descolgada y ganas de morderme para degustarme, un poco de aire fresco me vendría bien, ya que el aire precisamente era algo que en algunas de las habitaciones brillaba por su ausencia. Por ejemplo, en la sala de arte, llena de cuervos infectados con el virus, que no dudaban en atacarme si les molestaba lo más mínimo. El rompecabezas de los cuadros había sido realmente jodido. Aunque no tanto como conseguir los dos ojos de la estatua del tigre, o la que tuve que armar para sortear zombies cuando quería acercarme a esa habitación a colocarlos. Menos mal que ahí ya tenía a mano la escopeta. Fue bastante duro conseguirla, sobre todo porque casi me convierto en un sándwich de Jill.
Esa broma de Barry no tuvo ninguna gracia en ese momento, pero ahora agradezco el intento. A pesar de que actuó en nuestra contra durante bastante tiempo, comenzó la noche ayudándome mucho. Gracias a él estoy viva, y no sólo porque me sacó de aquella trampa en la que casi me aplasta el techo. Cuando entramos en la casa, fue él quien me acompañó a investigar. Y de no ser porque se cargó a tiros a aquella criatura que venía persiguiendome... No sé qué habría sido de mí. Estaba en shock, era el primer zombie que veía y no supe reaccionar. Le debo mucho a este grandullón.
La lástima fue que perdieramos a Chris al entrar en la mansión. Siempre he trabajado muy bien junto a él, y apuesto a que la noche habría sido más fácil a su lado. Mientras huíamos de los perros que deboraron a Joseph en el bosque, le escuchaba constantemente cerca, disparando a esos demonios. No sé en qué momento desapareció, pero cuando entramos por la puerta... Ya no estaba.
Aún puedo recordar el sonido de las mandíbulas de aquellos canes, rompiendo los huesos de mi compañero a escasos metros de mí. Había bajado del helicoptero el primero cuando habíamos llegado al bosque en busca del equipo Bravo, que hacía unas horas había tenido un accidente por allí. Fuimos con la esperanza de encontrar supervivientes, y aquí estamos ahora, agradeciendo serlo nosotros mismos.
El hombro de Chris es muy cómodo. Barry limpia su revolver frente a nosotros, y Rebeca parece dormir. Creo que debería hacer lo mismo, ha sido, sin duda, la peor noche de mi vida.